En la pasada entrega sostuve que las propuestas en materia cultural deben ser los cimientos de la construcción, deconstrucción o reconstrucción de la sociedad mexiquense porque suponen el cultivo de actos y hábitos de conducta que promueven la convivencia humana. Así, cultura es ética, adecuada a un ordenamiento moral que asume nuestra existencia como un bien de referencia.
El 20 de abril pasado se celebró en las instalaciones del Instituto Estatal Electoral del Estado de México el primer debate entre las aspirantes a la gubernatura. El cuarto y último tema fue el de cultura. ¿Qué propusieron? La moderadora Ana Paula Ordorica puso el dedo en la llaga antes de conceder la palabra a las candidatas: ¿A través de la cultura y de la recreación se puede ayudar a combatir otros problemas, como la violencia y la inseguridad? Vamos al análisis en estricto orden alfabético:
Alejandra Del Moral sostuvo que la cultura es la expresión más sublime de una sociedad que forman nuestros sentimientos, nuestros símbolos y nuestros valores. Así, propuso ampliar la red de museos, construir dos nuevas cinetecas −en Ecatepec y Nezahualcóyotl−, un conservatorio, un nuevo centro cultural en el norte del estado y desatar el potencial de los jóvenes. Asimismo, construir 6 parques de la ciencia −uno anual−, rehabilitar 100 espacios públicos y deportivos, otorgar becas artísticas y retomar las escuelas de tiempo completo y estancias infantiles.
Para Delfina Gómez, la cultura es la raíz de la sociedad. Propuso crear bachilleratos especializados en artes, orquestas infantiles, restituir al Instituto de Cultura Física y Deporte, reconocer y apoyar a los jóvenes deportistas, así como a artistas urbanos y cronistas. Asimismo, crear un programa cultural municipal que divulga la cultura local a fin de potenciar el trabajo artístico colaborativo e impulsar a los pueblos originarios. Sobre este último tópico subrayó que la comunidad indígena es la más rezagada y olvidada.
Es imposible en pocas líneas realizar un estudio detallado de cada propuesta. Sin embargo, lo posible es lo siguiente: en el caso de Alejandra Del Moral, su propuesta cultural es macro: supone una inversión superlativa y aunque se perciben buenas intenciones, lo medular sería cómo se las ingeniaría su administración para que la sociedad consuma los bienes y servicios culturales. Está muy bien que haya muchos museos, pero muchos de ellos tienen nula o escasa concurrencia.
En el caso de Delfina Gómez, su propuesta cultural es micro: supone atender a lo cultural desde lo local, para que se conforme un rizoma de prácticas culturales que se interconecten a través de los bastiones educativos. Conocedora del tema, de manera tácita la candidata sostiene a la educación como guía orientadora para el entendimiento de la cultura. Lo que queda en el tintero es cómo se las ingeniaría para formar bachilleres con competencias artísticas y cómo se insertarían en el desarrollo cultural sostenible. Particularmente, cómo sería ese modelo académico.
La cultura se alimenta de la diversidad. Creo que quien resulte ganadora en los comicios del 4 de junio debe comprender los estrechos vínculos −orgánicos e históricos− entre las diferentes manifestaciones de la cultura y la educación a través de su devenir. No sería un despropósito proponer a la próxima gobernadora que se retome el pensamiento de José Martí, que sigue siendo pertinente, pues aporta una visión compleja, integradora y dialéctica en el estudio de la cultura y la educación. Que así sea y mucho éxito a quien se alce con la victoria electoral. Desde luego que le daremos seguimiento.
DB