Hace unas madrugadas, (para nadie es un secreto que me cuesta enormidades conciliar el sueño), estaba disfrutando de una desvelada épica con mi hijo mayor cuando revisábamos algunas películas recién adquiridas y decidíamos cuál sería la próxima víctima, llegó a nuestras manos La Elegancia del Erizo adaptación cinematográfica de 2009 del libro del mismo nombre escrito por Muriel Barbieri escrito en 2006 y que tras permanecer 30 semanas en el primer lugar de ventas obtuvo el Prix de Libraires.
Decidir entre un montón de películas que olían a combos de palomitas y esta Opera Prima de Mona Achache no fue difícil. Siendo honesta confesaré que leí la mini reseña que viene en la parte de atrás de la película y ahí descubrí que la protagonista era una tocaya mía de escasos once años de edad que decide suicidarse para su doceavo aniversario. De primera me sacudió la premisa, pero ante la promesa de disfrutar de un par de horas con un argumento interesante y con el morbo de descubrir por qué una niña de esa edad se sentiría tan desesperanzada por la vida y el futuro nos dispusimos a “disfrutar” (si es que tal cosa era posible) de este filme.
Paloma es una niña de sobresaliente inteligencia que tiene un profundo desprecio por la forma en la que los adultos viven vidas miserablemente predecibles y superficiales, no tolera la manera en la que sus padres interactúan, la manera en la que su hermana está a punto de repetir el patrón del matrimonio “perfecto” y el cómo su madre habla de la panacea que es la terapia, sin darse cuenta de que vive anestesiada entre ansiolíticos y champaña; está decidida a morir antes que repetir este tristísimo patrón de conducta y terminar viviendo en la pecera que es la vida de los adultos a su alrededor.
Su capacidad inquisitiva se ve exacerbada por el regalo de una vieja cámara de vídeo con la cual ha decidido dejar testimonio de la futilidad de las vidas de aquellos que tanto desprecia, día a día a manera de vídeo diario registra las actividades de todos aquellos que se encuentran orbitando en su mundo.
Un día por cuestiones del destino (de hecho por culpa de un gato) se detiene a observar a Renée Michel, portera de su edificio, a quien nadie mira, todo mundo espera de ella atención y los servicios correspondientes sin reparar siquiera en su persona, su apariencia, su existencia.
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Paloma se sorprende al ver sobre la mesa (de una mujer que “debería ser” de acuerdo con el estereotipo de “la portera” una completa ignorante), un ejemplar de El Elogio de la Sombra de Junichiro Tanizaki, y de esta manera comienza a acercarse a ella poco a poco y a conocerla y dejar de verla como un erizo feo, viejo y siempre a la defensiva, preparado para rechazar todo lo que venga del exterior por un encierro necesario para conservar su paz y tranquilidad en un mundo al que no le interesa pertenecer disfrutando de su ternura y elegancia.
A esta recién descubierta amistad se une un nuevo inquilino de origen japonés, quien con su dulzura, ternura y paciencia va derritiendo la resistencia de la Sra. Michel y le muestra respeto, haciéndola redescubrir su feminidad y valor como ser humano.
Hechos extraordinarios destrozan la posibilidad de un final feliz (me pregunto aquí ¿cuánta gente contará con un final realmente feliz en sus vidas?) y sin embargo una frase que engloba la premisa: “Lo importante no es morir, sino lo que se hace al momento de morir y usted estaba dispuesta a amar.”
El amor como motor y agente de cambio nuevamente, como opción de existencia, y como siempre, un amor que primero sea propio y después se expanda alrededor.
Una excelente opción para disfrutar, ya sea en libro o en obra cinematográfica y para hacer un alto y valorar la vida que estamos viviendo, si nos gusta o no, y si es necesario de hacer cambios.
La manera en que decidimos vivir nuestro día a día, nos lleva de la manita a la muerte que hemos de experimentar, más allá de la forma en que muramos, el morir sin debernos nada, sin habernos negado a haber vivido…
Ojalá que encuentren la disposición para amarse y amar a otros, para entonces disfrutar del significado básico de la vida…
Les deseo a todos una vida plena y una muerte de su tamaño.