Con el tiempo aprendemos muchas cosas, otras las desaprendemos, porque es necesario para adquirir nuevos aprendizajes que sean más funcionales en nuestro presente constante.
Sin embargo, enseñar a nuestra mente a centrarse y pensar en lo que le conviene no es en todos los casos lo más sencillo de hacer.
La experiencia de un gran número de personas muestra como uno de los principales motivos de infelicidad el repetir mentalmente una y otra vez un evento o situación que calificó como negativo, un evento traumático o muchas veces lo que no se hizo.
La verdad, es que por más que repitamos mentalmente lo que ocurrió o lo que hubiéramos podido hacer mejor no cambiáremos aquello que ya quedó atrás en el calendario.
Y revisarlo mentalmente solamente puede llenarnos de frustración, decepción o enojo.
No se cambia nada repasando obsesivamente lo que ya fue, si hemos de analizar el pasado que sea para identificar y emplear la experiencia, no para incrementar el malestar al reconocer que no actuamos, dijimos, decidimos o prevenimos cierta situación.
Cada vez que la mente insista en que la mayor parte de tu energía se incline hacia el arrepentimiento, el hubiera o también ante cualquier tipo de autoreclamación por lo que ya no es, detén ese pensamiento, las veces que sea necesario, vas a darte cuenta de que el pensamiento volverá a aparecer y nuevamente tendrás que decirle: “Alto, dejo ir esta situación, ya fue” y busca otra vez enfocarte en el presente.
Si no logras dejar ir lo que te atormenta busca apoyo, entre más significativo sea para ti lo que ocurrió puede resultarte más complejo liberarte de esa rumiación, pero igualmente tiene solución.
Sobrepensar no cambia las cosas, así que lo más sano es descubrir porque es tan importante para ti no haber actuado de otra manera, modificarlo en el presente y guardar en tu memoria lo aprendido para evitar repetirlo, y no quedarte con sentimientos de culpa, no juzgarte, no dejar que tu presente se esfume y que en el futuro probablemente también te arrepientas de lo que descuidaste por invertir tanta energía en algo que ya no puedes cambiar.
Deja ir lo que te haga daño, lo que te reproches y te lleve a hacerte daño de cualquier forma.
¡Ya fue! Si lo tienes solo en tu mente, recuérdale que ya pasó, que en el aquí y el ahora tienes más de que ocuparte, cierra emocionalmente el momento, hiciste lo que pudiste hacer dependiendo de en donde o con quien estabas.
Y recuerda que es sencillo dejar que los fantasmas del hubiera se aniden en tu cabeza, pero que vivir con estos es un tormento, si detectas una herida no la ignores ni des oportunidad a que se haga más profunda, pero, si se trata de la costumbre de juzgarte aprende a dejar ir, tantas veces te equivoques tantas veces elige aprender y perdonarte.
No ganas nada y si pierdes mucho cuando te instalas en lo que no puedes cambiar.
No le des armas a nadie para hacerte daño con lo que ya te lastimó antes.
Si te percatas de que te hizo falta más seguridad, más destreza o más inteligencia, foméntalas, sin maltratarte.
Si traes contigo un crítico interior demasiado duro localiza su origen, tal vez un entorno de origen sumamente estricto, quizá te exigieron de más o te ignoraron, las razones pueden ser muchas y muy diversas, en cualquier caso, en el aquí y el ahora puedes optar por otra forma de mirarte y tratarte con más generosidad y respeto.
Deja ir lo que ya no es, lo que nunca fue, lo que no pensaste antes, lo que no te decidiste a hacer o decir, todo lo que está en pasado ya no es, aquí y ahora no puedes borrarlo, pero puedes editarlo, actuando distinto en el presente.
Dejar ir puede ser muy difícil y doloroso, pero vivir cargando algo que no puedes cambiar tarde o temprano duele más.
Y si se trata de algo cotidiano, de situaciones inesperadas en las que no supiste cómo actuar comprende que no traemos un instructivo que nos diga cómo hacerlo en todo momento.
La verdad es que castigarse por lo que no hicimos mejor en el pasado es una pérdida de tiempo que nos amarga la existencia sin cambiar en cambio nada de lo que nos afectó, revisa esos hubieras para aprender, pero después déjalos ir, y así también, deja ir lo que no depende de ti, aferrarte solo te lastima, mejor, dedica tu energía hacia lo que más te conviene… ¡Vivir tu aquí y ahora!
Un abrazo
LorePatchen
Psicoterapia presencial y en línea.
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