“Mi querido Critón, ¿debemos hacer tanto aprecio de la opinión del pueblo? ¿No basta que las personas más racionales, las únicas que debemos tener en cuenta, sepan de qué manera han pasado las cosas?

“Ojalá, Critón que el pueblo fuese capaz de cometer los mayores males, porque de esta manera sería también capaz de hacer los más grandes bienes.

“Aunque la fortuna me fuera adversa, no puedo abandonar las máximas de que siempre he hecho profesión; ellas me parecen siempre las mismas y, como las mismas, las estimo igualmente.

“No es preciso estimar todas las opiniones de los hombres, sino tan sólo algunas, y no de todos los hombres indistintamente, sino tan solo de algunos.

“Las opiniones buenas ¿no son de los sabios y las malas las de los necios?

“¿No admites, igualmente, que vivir bien no es otra cosa que vivir como lo reclaman la probidad y la justicia?

“Es preciso, no hacer jamás injusticia ni volver el mal por el mal, cualquiera que haya sido el que hayamos recibido. Hay pocas personas que admiten esto.

“Veamos si de esta manera lo entiendes mejor: ¿Qué estado puede subsistir si los fallos dados no tienen ninguna fuerza y son eludidos por los particulares? ¿Qué podríamos responder, Critón, a este cargo y otros semejantes que se nos podrían dirigir? porque ¿qué no diría especialmente un orador, sobre esta infracción a la ley, que ordena que los fallos dados sean cumplidos y ejecutados? ¿Responderemos nosotros que la República nos ha hecho injusticia y que no ha juzgado bien? ¿Es esto lo que responderíamos?

“… la Patria es digna de más respeto y más veneración delante de los Dioses y de los hombres, que un padre, una madre y que todos los parientes juntos…

“Es preciso obedecer lo que quiere la República o emplear para con ella los medios de persuasión que la ley concede.

“La justicia, las leyes y las costumbres deben estar por encima de todo y ser objeto de culto y de la veneración de los hombres.”

Sócrates.
Atenas, Grecia, Barrio de la Raposa, 469-520.

Este es un documento que, después de más de 2500 años, es para tomar muy en cuenta. En este momento, se trata de saber escoger a nuevos líderes para el gobierno, para la administración; mayor competencia del servidor público, con capacidad multifacética. Al concepto de eficiencia se le agregan indicadores de medición. Adoptar la cultura de la productividad y desempeño. Introducir la palabra costos políticos, en los procesos de la gestión pública. El manejo de la gente que ayuda a establecer los mecanismos para elaborar las políticas públicas es importantísimo. Entender a la burocracia. Como ferrocarril en marcha, son los que jamás se han bajado.

Preguntarles a los servidores públicos, ¿qué hacen de funcionarios políticos en áreas de lo más complicadas como la administración pública? ¿Sabrán ellos lo que significa gobernabilidad? ¿Lo que significa globalidad? ¿Lo que quiere el Banco Mundial?

¿Sabrán cómo empezar a corregir la Administración Pública? Punto clave donde la Administración es afectada; es que se le asocia con prácticas de desprestigio. Se empieza a formar el movimiento de la nueva gestión pública; dándosele este nombre para no asociarla con la Administración Pública desprestigiada.

Odio y resentimiento no son un común denominador que hagan triunfar a un ser humano. Pero por supuesto que esto sólo lo sabe un administrador público, experto en políticas públicas, en gerencia pública, en identidad estatal, en amor a su pueblo, y en.… humildad. Como cuando Sócrates murió por su República.

gildamh@hotmail.com

ASME


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