El Estado de México es un conglomerado de más de 18 millones de personas que habitan en regiones muy heterogéneas. Lo mismo tenemos la zona sur, con una economía rural; la norte, con una incipiente industrialización; la zona norponiente, caracterizada por su pujante economía industrial y de servicios, y la zona centro, también plagada de negocios, industrias y servicios.
La economía repercute mucho en la concentración demográfica. Así, tenemos regiones densamente pobladas, como el poniente, que concentra los lugares más desarrollados, y parte del oriente que, por cercanía con la Ciudad de México, interactúan económicamente y en algunos casos forman un todo confundido.
Pero si de economía hemos de hablar, debemos reconocer que en el Estado de México sólo 10 municipios concentran 70.47 por ciento de la actividad económica de la entidad, lo que ha originado mucha desigualdad en las regiones.
Me referiré al Índice Municipal de Actividad Económica edición 2020 del Instituto de Formación e Investigación Geográfica, Estadística y Catastral del Estado de México, el cual advierte que en conjunto los 115 municipios restantes concentran 20.54 por ciento de la economía estatal.
Como debe comprenderse, el municipio que contribuye más a la economía estatal es Naucalpan, con 17.33 por ciento, seguido por Tlalnepantla, con 12 por ciento; Toluca, con 9.94 por ciento y Ecatepec, con 9.44 por ciento.
Los otros municipios que resaltan por su economía son Cuautitlán Izcalli, con 5.83 por ciento; Tultitlán, con 3.74 por ciento; Metepec, con 3.25 por ciento; Atizapán de Zaragoza, con 3.24 por ciento, La Paz, con 2.81 por ciento y Nezahualcóyotl, con 2.81 por ciento.
Estas cifras, sin embargo, también nos hablan de desigualdad, pues mientras Toluca no rebasa los 800 mil habitantes y está ubicado en el tercer lugar por el dinamismo de su economía, Ecatepec, que está en el cuarto sitio, tiene casi tres millones de habitantes, las necesidades y servicios que atender son más urgentes y demandantes y lastima la calidad de vida de quienes allí radican.
En términos ideales, sería deseable que la economía fuese más pareja, pero para eso es necesario que los planes de los gobiernos federal, estatal y municipal cambien radicalmente, además de que se requerirían inversiones gigantescas para desarrollar, por ejemplo, la región sureña, al mismo nivel que en la zona poniente, algo que en este momento se antoja casi imposible por lo agreste de su geografía.
Para que eso sea posible, además, autoridades e iniciativa privada deberían trabajar de la mano para realizar nuevas estrategias de planeación, enfocadas a mediano y largo plazo.
No es extraño, entonces que los municipios de la zona norte, Atlacomulco, Jilotepec, Polotitlán, Soyaniqulpan y en menor medida Aculco, estén atrayendo grandes inversiones, pues cuentan con infraestructura carretera de primer nivel, servicios y una población joven cada vez mejor capacitada, que son los elementos mínimos requeridos por los inversionistas.
Es muy posible que dentro de muy poco tiempo, esos diez municipios sean acompañados por otros como Coacalco, Chalco, Valle de Chalco, Ixtapaluca, Chimalhuacán, Chicoloapan y Texcoco, donde cada vez hay más industrias.
Que así sea.
ASME
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