Como consecuencia de la pandemia, 40 por ciento de los dueños de talleres familiares de manufactura textil han tenido que empeñar sus maquinas a fin de sobrevivir pues sus ventas se redujeron significativamente.
Edgar Cerecero, empresario del sector y quien desde hace varios años ha luchado por iniciar una organización de ese gremio, explicó que más del 60 por ciento de los talleres de este tipo que hay en el valle de Toluca son micro y pequeño y fueron los más afectados ya que perdieron casi el 90 por ciento del trabajo que realizaban años anteriores.
“Estos talleres son los que se dedicaban a la manufactura de uniformes escolares, principalmente, pero como se dejaron de ir a clases presenciales pues el mercado colapsó y se acabaron las ventas de este ciclo escolar, situación que consideramos podría extenderse, así que no hubo más remedio que empeñar las máquinas y salir a buscar empleo para mantener a las familias”, dijo
Destacó que la mayor parte de ellos tienen la esperanza de recuperar sus equipos pues en las casas de empeños les ofrecen cifras muy por debajo de los costos reales, hasta 50 por ciento menos.
“La gente ha tenido que buscar oportunidades en otros lugares, se han ido al sector comercio principalmente, pero también a las industrias y donde encuentren opciones para generar recursos para llevar a sus hogares”, agregó.
La incertidumbre continúa, aseguró, pues no saben cómo serán las condiciones para el siguiente ciclo escolar, por lo que han tenido que diversificar su mercado y buscar oportunidades en restaurantes, hoteles, entre otros, pero las condiciones están igual de complicadas en todos.
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