En medio de la gran urbe, con más de 400 mil viviendas y una extensión territorial ocupada en más del 80 por ciento, Ecatepec conserva algunos importantes vestigios arqueológicos que vieron nacer el municipio más poblado del Estado de México.
Desde mediados del siglo XX, el territorio de esta localidad se ha enfrentado a un constante proceso de reestructuración para integrarse a la dinámica expansiva urbana.
Y aunque actualmente tiene un papel preponderante dentro del desarrollo urbano-territorial de la Zona Norte del Valle de México, su historia, origen y tradiciones se resisten a quedar en el olvido.
De ahí que los pueblos originarios, las autoridades municipales y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) han procurado mantener y resguardar aquellos elementos de los primeros asentamientos prehispánicos, incluso de aquellos seres vivos que habitaron esta región hace muchos miles de millones de años atrás.
Hoy en día, existe un proyecto para concentrar en un Museo de Sitio parte de esos vestigios, lo que lograría su rescate, preservación y difusión.
Origen y patrimonio cultural
El municipio de Ecatepec se formó por el antiguo pueblo de San Cristóbal, donde previamente debió́ existir un asentamiento prehispánico, y por los pueblos de San Pedro Xalostoc, Santa Clara Coatitla, Santa María Tulpetlac, Santa María Chiconautla, Santo Tomás Chiconautla, Guadalupe Victoria, San Isidro Atlautenco y San Andrés de la Cañada.
Su nombre tiene origen náhuatl, Ehecatépēc, y se compone de la siguiente manera: ‘ehéca- ‘aire’, tépē- ‘cerro’, -c locativo; lo que significa ‘En el cerro de Ehécatl’ aludiendo al dios del viento Ehécatl.
En el territorio municipal destacan los descubrimientos de restos de megafauna del Pleistoceno como el famoso “Mamut de Ecatepec” hallado en la colonia Ejidos de San Cristóbal mientras un vecino cavaba una cisterna, en el área en donde se unían los antiguos lagos de Xaltocan y Texcoco.
Los restos de este ejemplar se encuentran actualmente exhibidos en el Museo Comunitario Casa de Morelos; en junio pasado regresó a este sitio después de itinerar por seis años en 11 museos y espacios culturales de la República Mexicana.
Investigaciones ha demostrado que en Ecatepec existió́ ocupación humana que se remonta a la época de los grupos de cazadores y recolectores que, posteriormente, fueron dando lugar a asentamientos sedentarios.
En torno al año 1200 d.C., grupos otomíes se afincaron en el área explotando los recursos naturales a través de la agricultura, pesca, caza, producción de sal, agricultura (Parsons, 2008:39) etcétera, actividades que continuaron realizándose durante periodos posteriores y a través de las cuales se pagaban los tributos que soportaba la región hasta la llegada española (Moreiras et al., 2020:1).
Durante el periodo prehispánico, previo a la conquista, Ecatepec estuvo bajo el señorío de Xaltocan, Azcapotzalco y, finalmente, Tenochtitlan.
En el año 1604 se llevó a cabo la construcción de una obra hidráulica conocida como Albarradón de Ecatepec, cuyo objetivo era el de evitar futuras inundaciones atajando las aguas de los lagos septentrionales de Zumpango y Xaltocan.
Esta obra se concebió sobre una construcción previa, de aproximadamente 15 km, realizada por Nezahualcóyotl tras la gran inundación que sufrió Tenochtitlan en 1455.
Centros Ceremoniales en Ecatepec
Ecatepec conserva vestigios de centros ceremoniales mexicas, ubicados en el Cerro de la Cruz o del Viento y el Cerro de las Venitas, donde se han podido registrar algún tipo de estructura prehispánica.
Ahí se han hallado materiales cerámicos, obsidiana y otros restos arqueológicos que están contemplados en un proyecto para ser resguardados en un nuevo Museo que se construyó en el Parque Ecológico Ehécatl y que está próximo a abrirse al público.
La cueva de los Tecotines, ubicada en el Cerro de la Cruz, fue descubierta en 1939; conserva restos de estuco con pintura mural que data, según los especialistas, del siglo XIII d.C., sin embargo no está́ resguardada.
En este mismo cerro se conserva el gran monolito conocido como Piedra del Sol, el cual se supone que tuvo una función astronómica-ritual desde época prehispánica y en el que actualmente todavía se conmemoran ceremonias anuales.
Esta pieza, pese a su importancia ancestral, no ha escapado al deterioro propio del tiempo y menos a la destrucción provocada por el aerosol en forma de grafitis.
El Plan de Desarrollo Urbano municipal señala que ambos sitios, ubicados en la Sierra de Guadalupe, podrían favorecer el desarrollo de un programa ecoturístico municipal, al encontrarse ubicadas en la Sierra de Guadalupe.
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Edificios históricos
En 1747 fue construida la “Casa de los Virreyes”, un inmueble que originalmente daba alojamiento a las autoridades españolas que se encontraban de camino a la capital de la Nueva España y controlaba el complejo lacustre de Zumpango-Xaltocan-Ecatepec.
Hoy en día se le conoce con el nombre de “Casa de Morelos” al ser el lugar donde José́ María Morelos y Pavón pasó sus últimas horas antes de su fusilamiento en 1815.
Fue catalogada como Monumento Histórico Nacional en 1933 y actualmente funciona como el Centro Comunitario Casa de Morelos, bajo el control del INAH.
Las iglesias de los pueblos originarios forman parte del patrimonio arquitectónico. Se trata de construcciones religiosas de los siglos XVI y XVII con retablos barrocos y neoclásicos que se encuentran en la capilla de San Cristóbal, la Natividad, Santo Tomás Apóstol, Cristo Rey y Santa María de Guadalupe en Tulpetlac, Santa Clara de Asís y San Pedro Apóstol.
Va colección a nuevo Museo de Sitio
En el pasado mes de junio, el gobierno de Ecatepec exhibió que un gran número de piezas prehispánicas del patrimonio cultural local que estaban dispersas en distintos recintos del Estado de México.
En su momento, el alcalde Fernando Vilchis solicitó la intervención del INAH para que éstas regresaran al territorio y pudieran concentrarse en un Museo que entonces estaba construyendo en el Parque Ecológico Ehécatl.
Entre las piezas reclamadas dijo que había esculturas procedentes del cerro del Ehécatl, otras procedentes de la bóveda de la iglesia antigua de San Cristóbal, así como un marcador de Juego de la pelota que fue rescatado de un tiradero de basura en el año 2002, entre otras.
Su llamado tuvo respuesta y el 20 de noviembre se dio a conocer que, junto con el INAH, se recuperaron 223 piezas arqueológicas.
Las autoridades precisaron que éstas se encontraban en dependencias del gobierno mexiquense, instituciones educativas y colecciones particulares.
Pero no son todas, aún faltan tres piezas relevantes: dos vasijas jarra mítica de Tláloc, de arcilla, y la escultura Chicomecóatl, elaborada con roca volcánica.
Durante las obras para edificar el primer planetario del municipio en el Parque Ecológico Ehécatl, en febrero de 2020, trabajadores del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) encontraron vestigios de ocupación humana de alrededor de mil 500 años de antigüedad.
Cerca del predio donde se lleva a cabo la construcción de este nuevo espacio fueron hallados restos de cerámica teotihuacana y de una terraza que se presume era de uso habitacional, durante la época clásica.
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Objetos recuperados
Entre los objetos recuperados hay:
- Figurillas de cuerpos humanos, cabezas y rostros
- Malacates
- Puntas de proyectil de obsidiana
- Calderos
- Fragmentos de sahumerio
- Cajetes
- Un vaso
- Una olla
- Un tecomate trípode miniatura
- Una olla de doble vertedera
- Un marcador de juego de pelota de 1.23 metros de diámetro
DB