Son cinco los patrimonios culturales inmateriales que alberga el Estado de México para el país, de acuerdo con Sistema de Información Cultural de México. Estos elementos culturales, reconocidos por su valor simbólico y social, son parte esencial de la identidad regional y contribuyen a la diversidad cultural del país.
La entidad resguarda un conjunto de patrimonios culturales inmateriales que reflejan las tradiciones y expresiones de las comunidades que lo habitan.
Uno de los patrimonios inmateriales más representativos es el Carnaval de los Huehuenches en Lerma, una festividad que se caracteriza por la combinación de teatro y danza tradicional. Esta celebración tiene sus raíces en las costumbres locales y representa una expresión viva de la creatividad comunitaria. El carnaval, además de preservar las tradiciones escénicas y musicales, refuerza los lazos entre los habitantes de Lerma, ya que promueve la participación colectiva y el rescate de costumbres ancestrales.
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Patrimonios culturales inmateriales para el país:
Otro elemento destacado es el Árbol de la Vida de Metepec, una pieza de alfarería simbólica que ha trascendido fronteras y se ha convertido en un emblema de la artesanía mexiquense. El proceso de elaboración de estas obras es una manifestación del conocimiento transmitido a lo largo de generaciones.
Este tipo de artesanía, con sus figuras coloridas y detalladas, no solo es un producto artístico, sino que también es un vehículo para contar historias y mitos, perpetuando las creencias y valores culturales de la región.
El Jñatjo (mazahua) y el Pjiekakjo (tlahuica), lenguas indígenas que se hablan en diferentes comunidades del Estado de México, representan un patrimonio inmaterial esencial. Estas lenguas son portadoras de conocimientos, tradiciones orales y formas de ver el mundo que forman parte de la identidad de sus hablantes. La preservación y promoción de estas lenguas contribuyen al fortalecimiento de la diversidad lingüística y cultural, un desafío importante ante la amenaza de la pérdida de idiomas originarios.
Lengua en riesgo de desaparición
Asimismo el BotꞋuna (matlatzinca), forma parte de la familia lingüística Oto-mangue y la subfamilia otopame. Actualmente, se encuentra en un alto grado de riesgo de desaparición. Esta lengua no presenta variantes y se habla únicamente en la comunidad de San Francisco Oxtotilpan, en el municipio de Temascaltepec, Estado de México.
El término “BotꞋuna” significa “el pueblo verde”, en referencia al antiguo paisaje lacustre del valle de Toluca, mientras que “matlatzinca”, nombre dado por los nahuas, se traduce como “el pueblo de la red”, aludiendo a la actividad pesquera con red de sus habitantes.
Estos patrimonios culturales inmateriales tienen un papel relevante en la consolidación de la identidad regional del Estado de México y la promoción de su riqueza cultural. Mantener y fortalecer estas tradiciones es vital no solo para las comunidades que las practican, sino también para la sociedad en general, que encuentra en ellas un legado compartido de historia y tradición.
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TAR