La Danza de los Santiagos, una de las manifestaciones más emblemáticas del patrimonio cultural inmaterial del Estado de México, es una expresión rica en historia y tradición que refleja la fusión de influencias indígenas y españolas en la regiones Tepetlauxtoc, Tenancingo, Teotihuacán y Texcoco.
Danza de los Santiagos, una de las manifestaciones más emblemáticas
De acuerdo con el “Catálogo del Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de México” (INAH, 2017), la Danza de los Santiagos combina elementos europeos con tradiciones locales, resultando en una celebración que es tanto un acto de devoción como una manifestación cultural única, misma que está certificada por la UNESCO y data de 500 años.
Esta danza destaca por su compleja coreografía y su simbolismo religioso. Se realiza en honor a Santiago Apóstol, y sus raíces se pueden rastrear hasta el periodo colonial, cuando los evangelizadores españoles introdujeron representaciones teatrales para catequizar a los pueblos indígenas.
La danza se caracteriza por sus coloridos trajes y máscaras que representan figuras de la tradición cristiana, incluidos los apóstoles y otros personajes religiosos. Estas representaciones no solo sirven para narrar historias bíblicas, sino que también actúan como un vehículo para la preservación de las técnicas artesanales tradicionales, como la confección de máscaras de madera y vestimentas adornadas con bordados y plumas. Estas máscaras y trajes son producidos por artesanos locales que han heredado sus habilidades de generación en generación, subrayando la importancia de la danza como un medio para la transmisión de conocimientos culturales y técnicas.
Relevancia cultural
La relevancia cultural de la Danza de los Santiagos va más allá de su función religiosa; también es un elemento clave en la identidad comunitaria. La danza sirve como una forma de cohesión social y celebración colectiva, un aspecto fundamental en la vida de las comunidades de Tenancingo. El documento “La Danza de los Santiagos: Identidad y Cultura en el Estado de México” (INAH, 2020) destaca que las festividades en las que se representa la danza permiten a los miembros de la comunidad fortalecer su vínculo cultural y preservar su herencia en un contexto contemporáneo.
Además, se detalla que la Danza de los Santiagos es un ejemplo de cómo las tradiciones pueden evolucionar y adaptarse sin perder su esencia. La combinación de elementos indígenas con las prácticas coloniales ha dado lugar a una forma de expresión que es a la vez antigua y moderna. La danza ha incorporado aspectos locales a lo largo del tiempo, reflejando las dinámicas culturales cambiantes del Estado de México.
Este patrimonio cultural inmaterial no solo contribuye a la diversidad cultural del Estado de México, sino que también resalta la importancia de mantener vivas las tradiciones en un mundo en constante cambio. La Danza de los Santiagos es un testimonio del vigor cultural y la capacidad de las comunidades para preservar y reinterpretar su legado a lo largo de los siglos.
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