Vamos en la recta final del año y el termómetro político del Estado de México comienza a subir de temperatura con la aproximación del inicio del proceso electoral en el que se habrá de elegir a la gobernadora o gobernador del Estado de México.
En la última semana dos encuestas publicadas en diarios nacionales agitaron las aguas mexiquenses. Diversas opiniones se empezaron a registrar, pero hay que tomar con mesura esos ejercicios, no echar las campanas al vuelo; hacerlo es peligroso.
Estos ejercicios son los primeros publicados por periódicos que se editan en la capital del país y ya con las figuras definidas de dos que serán quienes sin duda encabecen las candidaturas de las respectivas coaliciones participantes. Es decir, sus nombres aparecerán en las boletas.
Los resultados de las encuestas siempre generan inquietud y nerviosismo. Pero lo que se debe hacer es ubicarlos en el contexto, en el tiempo y en la circunstancia. Hay quienes están a favor o no de emplearlas en la definición de estrategias, para poder administrar o no, esas percepciones en la línea del tiempo y encauzar acciones.
Sin perder de vista lo que bien señala la prestigiosa consultora de marketing político y maestra de muchas generaciones de cuadros de partido y consultores, Gisela Rubach: “en al ámbito electoral las sumas también restan”.
Las encuestas son como fotografías del momento; no son definitorias.
Lo primero que se debe tener presente es que las recientes, se levantan cuando todavía no inicia el proceso electoral y no terminan por estar amarradas al cien las virtuales alianzas con sus respectivas candidaturas. Los plazos corren.
La Legislatura del Estado de México tiene como límite para aprobar la convocatoria para la elección de gubernatura a más tardar el próximo domingo 18 de diciembre y se publicará la primera semana del mes de enero del año de la elección, con lo que se da inicio al proceso que concluirá con los cómputos y declaraciones que realicen los consejos del Instituto Electoral o con las resoluciones, que en su caso, pronuncie el Tribunal Electoral.
Las precampañas están previstas del 14 de enero al 12 de febrero del 2023; el periodo denominado intercampañas será de 49 días del 13 de febrero al 2 de abril, este último día será el del registro de candidaturas y las campañas electorales serán del 3 de abril al 31 de mayo para llegar al día de la elección el domingo 4 de junio.
Por lo pronto están estos dos ejercicios que serán los primeros de varios que lleven a cabo esos medios y otros, y hay que ver qué utilidad le dan los protagonistas a esa información, siempre con mesura.
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No hay que perder de vista una de las sugerencias que se hace en ¿Qué nos dicen los números? Guía para Interpretar los Estudios de Opinión de Tatiana Larrea Oña. A la pregunta: “¿Se pueden usar los datos de las encuestas de los periódicos o del oponente para desarrollar una estrategia?” La respuesta es muy ilustrativa: “No; porque eso sería como diagnosticarse y pretender curarse con exámenes de laboratorio ajenos”. Habrá quien difiera.
Lo cierto es que esto apenas comienza. Hay que llevar el seguimiento de las encuestas para hacer una evaluación final, porque como dice Alejandro Moreno, director de Encuestas y Estudios de Opinión de El Financiero: “la última encuesta es la que se recuerda”.
@periodistamex