El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, señaló al gobernador Alfredo Del Mazo como responsable de la derrota del PRI en el Estado de México. Sin embargo, ¿tiene realmente la autoridad moral para hacer tales acusaciones?
Es innegable que el PRI ha enfrentado numerosos escándalos en los últimos años, y Moreno Cárdenas ha sido protagonista en más de uno de ellos. ¿Cómo puede atreverse a señalar a Del Mazo cuando su propio liderazgo ha llevado al partido a la debacle? Parece olvidar cómo fue evidenciado por Layda Sansores y cómo los propios priistas mostraron su descontento, aunque él decidiera aferrarse a la dirigencia. En lugar de lanzar acusaciones, quizás lo más adecuado sería que Moreno renunciara y permitiera que alguien con mayor capacidad y honorabilidad asumiera el liderazgo del partido.
Se rumoró de un acuerdo entre Del Mazo y el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero si realmente ocurrió, solo ellos lo saben. Tal vez la historia juzgará a Del Mazo y su conciencia será su propio juez. Sin embargo, un comentario en las redes sociales resume mucho: “Por más pretextos que ponga este Wey de Alito. Ya sabe que la mayoría de los Mexiquenses. De plano le dimos la espalda al Prian. Esperamos que con Morena las cosas cambien. De no ser así, pronto ganará otro partido. Así que perdió y ya”. Opinión ciudadana contundente sobre la derrota del PRI en el Estado de México.
Culpar exclusivamente a Del Mazo sería simplificar en exceso la situación. Los verdaderos culpables son aquellos que se olvidaron de las necesidades de la gente y solo buscaron satisfacer sus intereses personales. Son aquellos que no lucharon adecuadamente contra la pobreza, tanto a nivel estatal como nacional. El hartazgo por la corrupción, el olvido, la inseguridad y el abuso de poder es responsabilidad de muchos priistas que tuvieron el poder en sus manos y lo utilizaron en su beneficio personal. El PRI se sostenía de un hilo muy frágil que finalmente se rompió. Del Mazo simplemente estuvo en el lugar y en el momento equivocados, al igual que tuvo que lidiar con el terremoto y la pandemia.
Hay una larga lista de nombres asociados con la corrupción y el abuso de poder dentro del PRI. Ulises Ruiz, César Duarte, Mario Villanueva, Javier Duarte, Roberto Madrazo, los Moreira, Tomás Yarrington y el propio Enrique Peña Nieto (al que el presidente no ha tocado, por cierto), entre otros, han dejado un legado oscuro en la historia de su partido.
El gobernador del Estado de México, Alfredo del Mazo, se pronunció de manera contundente al negar rotundamente haber negociado con Andrés Manuel López Obrador en relación al resultado de las elecciones. Del Mazo afirmó ser un hombre íntegro y expresó que su mayor interés era que el PRI saliera victorioso en los comicios. No obstante, manifestó sentirse afligido por el resultado y calificó de ingrato al presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno, debido a sus intentos de sembrar dudas en lugar de reconocer el trabajo de los miembros del partido en el Estado de México.
DB