El Rey del Cash, testimonio de primera mano

El libro recibió muchas críticas. Todo un ejército de amloístas desbordó las redes sociales para denostar, criticar, atacar y amenazar a Elena Chávez González por el pecado de atreverse a decir lo que miles han callado durante 18 años, en un país donde la simulación tiene carta de patente sobre todo para participar en la política.

Siempre ha existido la sospecha popular de que los partidos utilizan los recursos públicos para financiar sus actividades, pero es algo que no se ha podido o querido demostrar documentalmente. Por eso, a simple vista no parece extraño que un grupo político haya ideado un esquema hormiga para sustraer importantes recursos de las arcas de la Ciudad de México y de otros espacios en donde eran autoridad. 

Si bien, Elena Chávez, autora del libro “El Rey del Cash”, se ha curado en salud al señalar que no se trata de una investigación, sino de una obra testimonial, el relato ofrece información que, contrastada con fuentes primarias, secundarias, otros testimonios y fuentes directas e indirectas, se ha convertido en una pieza fundamental para armar el rompecabezas en torno a la operación del equipo de Andrés Manuel López Obrador.

“Como periodista de investigación estoy obligada a dar un paso atrás y a un costado para tomar distancia y poder evaluar los hechos que, más allá de las consideraciones individuales, al final son los únicos que cuentan. Y desde ahí es que comparto mi visión de esta importante obra. Hace décadas he aprendido que hay hechos que solo alguien desde dentro es capaz de ver y contar, por eso el testimonio de Elena Chávez es de interés público y tiene valor histórico y periodístico”, escribió la periodista Anabel Hernández en el prólogo de la obra.

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Hay una frase que se repite a lo largo del libro y tiene sentido: “Si te descubren, te echas la culpa y te quedas callado”. Vienen a la mente las imágenes de René Bejarano y Carlos Imaz recibiendo dinero de Carlos Ahumada; más grave aún el video de su hermano Pío recibiendo un sobre con un millón de pesos y asegurando que es “para el movimiento”. “Te echas la culpa y te callas”, dice la máxima.

Con estos antecedentes, el libro “El Rey del Cash” se ha convertido en un fenómeno editorial; a los pocos días se salir a la venta se agotó y curiosamente en gran medida eso fue posible gracias a las declaraciones de Andrés Manuel López Obrador, minimizando la obra al señalar que no tiene fuente. Elena Chávez, la autora, señaló desde un principio, ya lo dijimos, que es testimonial y qué mejor testimonio que el recopilado por una persona que durante 18 años vivió en el corazón mismo del equipo de AMLO, al lado de quien en ese momento era una de las personas más cercanas al ahora presidente. 

Realmente eso es lo importante, Elena se dio cuenta de todo lo que relata porque lo vivió y conoció de cerca a los actores y lo que no vio lo supo por boca de su exmarido. Ella hacía y deshacía la maleta de César Yáñez y en ocasiones cocinaba o hacía los lonches de López Obrador.

Muchos mexicanos nos llegamos a preguntar seriamente, ¿de qué vive López Obrador?, porque AMLO siempre respondía que de aportaciones del pueblo bueno, pero esas aportaciones no llegaban a ninguna cuenta que pudiera ser rastreada, que pudiera ser vigilada y sancionada.

El Rey del Cash explica cómo le hacía el equipo de López Obrador para conseguir recursos y cómo su hoy secretario particular, Alejandro Esquer, ideó un sistema para allegarse recursos que salían de la Ciudad de México, en donde él fue jefe de gobierno capitalino y luego impuso a Alejandro Encinas, más tarde a Marcelo Ebrard, después a Miguel Ángel Mancera y ahora a Claudia Sheinbaum, puros incondicionales suyos, salvo Mancera que fue impuesto por Ebrard, pero respetó los acuerdos.

La autora asegura que dejó información que será dada a conocer a la opinión pública, como medida de seguridad, si por coincidencia algo le llegara a pasar, porque está consciente de que la pueden meter a la cárcel o hasta matarla por el contenido del libro.

Es una obra que quizá no se convierta en un clásico de la política mexicana, pero vale la pena leerlo, ya después cada quien tendrá su propia opinión al respecto.

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