El 18 de junio de 1815, Napoleón Bonaparte pierde la batalla de Waterloo y con ella sus sueños de restaurar su poder y apoderarse de Europa una vez mas se liquidan por completo.
Napoleón perdió la batalla y también la guerra.
Desde entonces la palabra Waterloo se utiliza para señalar una pelea presentada y que al perderla significa el fin de una idea, de un plan, de un objetivo. Waterloo es el termino abrupto y no deseado de una aspiración.
Todos hemos vivido nuestro propio Waterloo en el amor, las relaciones personales, en la empresa, en el estudio, vivir un Waterloo nos enseña a resignificarnos, pero esa batalla no ganada es producto de una serie de errores a los que no prestamos atención, a circunstancias que dejamos pasar y que al acumularse se revelan en el momento exacto en forma de avalancha imposible de detener.
Así le sucedió a quien pretendía reelegirse por tercera vez como presidente municipal de Toluca y de ahí enfilar sus esfuerzos para conseguir su más grande sueño: gobernar el Estado de México.
Acostumbrado a no escuchar a nadie, a serle fiel solo a sus ideas, a dominar las pláticas, a controlar su entorno, a simular empatía, pero en verdad despreciar opiniones, sentimientos y deseos de los demás.
Juan Rodolfo fue construyendo su Waterloo poco a poco, descuido sus relaciones personales, abandonó a los miembros de su equipo, sentía tan segura la reelección que poco le importó explicar los “porqués” de sus declaraciones y menos los “porqués” de sus actos.
Impaciente como es, JuanRo se olvidó de aquella actitud amable y accesible que en el 2006 le permitió encabezar por primera vez la presidencia municipal con la votación más alta registrada en una elección municipal para el Partido Acción Nacional en Toluca.
En 2 años de su 2ª. gestión dejó tantos flancos abiertos y traiciono a tantas personas, que encontrar su Waterloo solo era cuestión de tiempo.
Y esa fecha, llego indefectible el 6 de junio. Sí, dio la batalla, pero la perdió, el cumulo de errores de su administración, sus peleas, sus ferias, sus mentiras, el ocultamiento de la realidad, sus sueños de grandeza, su soberbia, su alejamiento de los más necesitados, su falsa sonrisa como falsas sus promesas, le cobraron la factura.
Raymundo Martínez Carbajal, candidato ganador y a la sazón presidente municipal de Toluca a partir del 1 de enero de 2022, recibirá una administración hecha pedazos, una ciudadanía decepcionada y frustrada, un tejido social inexistente, la inseguridad es el principal problema, las calles son intransitables, vivimos a oscuras.
No, no todo es culpa de Juan Rodolfo, muchas cosas las veníamos cargando, pero lo que hizo y también lo que dejó de hacer en estos 2 años debe ser investigado a fondo y castigado, de ser necesario, de acuerdo con las leyes.
Aunque el primer castigó ya se lo llevó al perder a reelección y el segundo que será el mas doloroso para una personalidad como la de él, tan afecta a los reflectores, es el que viene: el olvido.
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ASME
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