Unos minutos bastaron para que una pipa de gas quedara destrozada, con el parabrisas y espejos rotos, tras una agresión cometida por la disputa por los derroteros de venta de gas en contra de una unidad del Estado de México.
Los hechos se registraron en la avenida Paseo de Los Laureles, en la alcaldía Cuajimalpa, luego de que el operador de una pipa de Grupo Centurión, con sede en el municipio mexiquense de Zumpango, brindara el servicio a un cliente de un restaurante.
José Luis Delgado Castillo, operador de la unidad, relató cómo fue la persecución que emprendieron los tripulante de dos pipas del grupo Gas y Servicio, quienes le cerraron el paso y obligaron a detenerse.
Unos cinco sujetos, dijo, bajaron de las unidades y comenzaron a lanzar piedras y botellas contra el parabrisas, las ventanas y los espejos, para luego amenazarlo con que no volviera a ingresar a esa zona.
El trabajador mexiquense explicó que no se trata de la invasión de ningún derrotero, pues el establecimiento al que brindó el servicio es un cliente de la empresa que ya tiene de tiempo atrás.
“No es un cliente que la empresa se quiere adjudicar o que haya querido quitarle a estas personas; hace como un año que no me tocaba venir a esta zona, pero ya he realizado este mismo servicio en otras dos ocasiones atrás”, explicó José Luis, quien lleva distribuyendo el combustible desde hace casi tres años.
Lamentó que sus agresores pretendan acaparar el mercado, que a pesar de estar en otra entidad, se trata de clientes que han trabajado de manera tradicional, como ocurre con otros que tienen en otras entidades como Querétaro o incluso Tamaulipas.
Delgado Castillo, quien reside en el Estado de México indicó que esta es su fuente de trabajo y el sustento de su familia, por lo que este tipo de actos ponen en riesgo no sólo a los empresarios, sino a ellos y a las personas que dependen de este gremio.
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