Amigos, familiares, mujeres y hombres vestidos de negro y morado marcharon por las calles de Toluca para levantar la voz y exigir justicia para las mujeres violadas y asesinadas en el Estado de México.
Más de 150 personas, indignadas, tristes, enojadas y desesperadas se cansaron de pedir, por lo que ahora exigen a las autoridades resultados en las investigaciones que llevan a cabo para el esclarecimiento de estos delitos, pues aseguran que la impunidad es la marca en la mayoría de ellos.
Son miles de familias devastadas que no han recibido justicia por la muerte de una mujer de su familia ya sea hija, madre, hermana, sobrina, nieta, y ningún gobierno hace nada, gritaban las manifestantes, necesitamos que haya justicia, no con engaños sino con pruebas, hechos y que en verdad estén presos los culpables.
“Escuchen estas voces que son de dolor, no estamos pidiendo nada extraordinario, sólo queremos justicia, queremos que todos hagan su trabajo”
Exigieron un espacio digno, vivir seguras, tranquilas, que tengan derechos a estudiar y trabajar sin miedo, a expresarse terminar con una sociedad machista que no respeta a las mujeres.
“Tenemos voz y queremos ser escuchadas, queremos vivir tranquilas y seguras, queremos que nuestras hijas, hermanas, madres, amigas, todas seamos libres”.
Recordaron que las mujeres son más del 50 por ciento de la población y los gobiernos llegan al poder gracias al voto de muchas de ellas, por lo que les exigieron trabajar por ellas, por la justicia, por la igualdad. “Ya no queremos gobiernos mediocres, que haya dignidad y respeto para la mujer, que se reconozca el lugar que tenemos en la sociedad”.
Acusaron a la FGJEM de recibir y reunirse con los padres de las mujeres asesinadas sólo como “cortina de humo y justificar que están trabajando, pero después le dan carpetazo al caso, hay tantos feminicidios sin resolver que lo único que exigimos es justicia”.
Algunas historias de dolor
Karla Isela Melendez Cedillo era una joven de 21 años y fue asesinada el pasado domingo en su hogar, dentro de su domicilio ubicado en Jocotitlán, a manos de un hombre en el que confiaba. Ella era profesionista y trabajaba hace dos años atendiendo una casa hogar.
“No queremos que este caso quede impune en un archivo como muchos otros, y aunque la Fiscalía dice que llevarán las investigaciones no es cierto, en la mayoría de los casos son los mismos padres quienes lo hacen por su parte, porque nadie hace nada”.
Sandra Colín era una joven que trabajaba en una gasolinera y el pasado 18 de abril la hirieron en su lugar de trabajo y minutos más tarde falleció, desde entonces no se ha esclarecido el caso y su madre exige justicia.
“Levántense todos los funcionarios de sus escritorios, salgan a las calles a ver la realidad, levanten a todos sus empleados e investigadores y que hagan su trabajo como es… en este país todos somos iguales y somos un país democrático y eso queremos… pero vemos que sólo pesa una investigación cuando es de un político, de un presidente, pero los casos de las mujeres que no tienen un nivel social alto se quedan en la impunidad y eso no debe pasar¨, gritaban las mujeres.
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