Del 1 al 3 de Febrero se lleva a cabo en Santiago de Chile los Diálogos Regionales del Agua en América Latina y el Caribe, que tendrá como resultado la posición y acuerdos que serán presentados en la Conferencia del Agua de las Naciones Unidas, que se llevará a cabo en Nueva York del 22 al 24 de marzo del presente año.
La útima reunión se llevó a cabo en Mar del Plata en 1977, en aquella ocasión se reconoció por primera vez el agua como un derecho humano y declaraba a la letra “Todos los pueblos, cualquiera que sea su nivel de desarrollo o condiciones económicas y sociales, tienen derecho al acceso a agua potable en cantidad y calidad acordes con sus necesidades básicas” (ONU, 1977).
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Otros puntos acordados en aquella ocasión fueron la coperación entre países que comparten recursos hídricos; el fomento de la cooperación técnica entre países en desarrollo y arreglos de financiación para el desarrollo de los recursos hídricos, punto en que se sugirió más fondos para alcanzar los objetivos relacionados con la planificación, el desarrollo y la ordenación de los recursos hídricos, hacer arreglos para proporcionar financiación adecuada y oportuna para la concreción de proyectos en forma constante y a largo plazo, para ello se recomendaba que los países: a) prepararan para 1980 un inventario de las necesidades de inversión en la materia y su prioridad; b) invertigar las posibilidades de hacer que los proyectos de agua se financien por si mismos en cuanto sea factible; c) reducir costos de los proyectos mediante una participación mayor de mano de obra, materiales y tecnología locales, diseños más económicos y uniformes para las estructuras; d) impulsar aquellos proyectos que mejoren la viabilidad económica y la eficacia social, haciéndolos más eficaces; e) buscar el apoyo de organizaciones no gubernamentales que se ocupan de formar proyectos de ordenación de los recursos hídricos, especialmente aquellos de bajo costo y basados en el esfuerzo propio; y finalmente f) buscar la participación activa de organismos internacionales de financiación.
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En Chile se menciona de voz del secretario ejecutivo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), que se requiere una inversión tanto del sector privado, como del público equivalente al 1.3% del PIB regional de manera sostenida durante 10 años, recordemos que la misma recomendación a inicios de este siglo para un país como México hacía referencia a necesitar 0.3% del PIB, lo que refuerza lo que hemos venido repitiendo, las necesidades se acumularon e intensificaros ante los retos presentados en las últimas décadas. De darse dicha inversión se generarián 3.6 millones de empleos verdes en la región, que para darnos una idea representaría el 17% del total de empleos formales de México.
Pero entonces, ¿qué podemos esperar de la próxima reunión en Nueva York?, desgraciadamente, pocas expectativas, si revisamos los avances de lo acordado en Mar del Plata, vemos pocos avances, dado el carácter no vinculante y tal vez debido a los múltples problemas que la región enfrentó en estos 45 años, junto con una falta de visión a largo plazo para tocar el tema, así como la falta de compromiso decidido de los países de la región.
Sin embargo, debemos ser positivos en cuanto a que nuevamente las Naciones Unidas convocan nuevamente y a que se tiene una gran oportunidad de actualizar la discusión a la luz de los nuevos retos acumulados en estos años, de la reunión preparatoria en Chile, es una gran oportunidad para que ante los cambios políticos y una posible integración de gobiernos afines, se logre un acuerdo regional con nuevos enfoques multidisciplinarios, disruptivos y vinculantes, sólo así podremos aspirara a un futuro sostenible.