Frida Guerrera, en la lucha contra la violencia feminicida

Verónica Villalvazo, mejor conocida como Frida Guerrera, es una comunicadora y activista de Derechos Humanos que dio voz a casos de violencia feminicida.

Pues de otra forma seguirían en el olvido, principalmente en el Estado de México, pero también en otras partes del país.

Uno de los casos que más investigó fue el de Lupita, de quien no se sabía su nombre cuando su cuerpo fue encontrado, le llamaron:

Calcetitas rojas“.

Esto le contrajo ataques, amenazas y acoso; sin embargo, no se considera una víctima, por lo que sigue su camino en la búsqueda de justicia.

“Me enfrento a muchas situaciones como descalificaciones, amenazas de muerte, pero no me veo como una víctima, trato de ser coherente, tomo terapia, me doy espacios para seguir documentando, escribiendo historias”.

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Frida Guerrera compartió que llegó al periodismo y a la lucha social en 2006, cuando dio cobertura a la insurrección de la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca como medio alternativo.

Desde ese entonces da seguimiento a múltiples casos acompañando a las familias de las víctimas y enfrentando el acoso y la violencia de género.

Los retos de no callar

Lo más difícil es la indiferencia de la sociedad, dijo, la apatía ante la violencia, los feminicidios y las desapariciones forzadas, la falta de corresponsabilidad de la población y su escasa empatía.

“Responsabilizan a los comunicadores y activistas, nos exige que hagamos algo cuando ellos lo pueden hacer, y se enojan si no nos movemos como ellos quieren, entonces falta mucho”.

Otro obstáculo son las autoridades, pelear con ellas para que pongan atención a estos temas, para que den seguimiento a las que son violentadas.

Por eso, añadió que rescatar a los sobrevivientes es lo que la motiva a continuar.

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Sin avances

La autora del libro “#NiUnaMás”, compartió que el 25 de cada mes asiste a la Mañanera en Palacio Nacional, día en que se dan a conocer los informe sobre los feminicidios y la violencia contra las mujeres en el país.

Puntualizó que, aunque se trata de un ejercicio democrático con el que no contaban porque en los gobiernos anteriores tenían formatos muy cuidados y alejados de la prensa.

La exposición que ha tenido en este espacio la ha vuelto objeto de ataques directos, intentos de desprestigio y de señalamientos sexuales degradantes.

“Por ejemplo el tema tan sonado de Loret de Mola, todos sabemos el tipo de periodismo que hace y que lo pongan como que está siendo atacado por el presidente es hasta risible.

Nosotros nos enfrentamos a cosas muchísimo peores y se minimizan”.

El papel de los comunicadores

Lamentó que, con el paso de los años, quienes se dedican al activismo y al periodismo siguen enfrentándose a grandes retos y no se ha logrado proteger al sector.

Principalmente en las redes sociales, ya que no están reguladas.

En 2009, los que denunciaban los ataques eran objeto de burla por parte de otros miembros de la prensa, se minimizaba y se normalizaba que un periodista fuera agredido por informar diferente.

Aunado a esto, identificó una tendencia sensacionalista en los medios, lo cual ha buscado contrarrestar con el seguimiento de los casos y el acompañamiento de los familiares hasta que encuentren justicia.

“Falta mucha responsabilidad de los medios y sus dueños, nos falta mucho educarnos con el tema de la perspectiva de género, de no revictimizar, pensar lo que una palabra o un título puede generar en las familias y eso se va a quedar eternamente en su cabeza”.

Al finalizar, Verónica Villalvazo se dirigió a las mujeres que ya no pueden callar y que en su búsqueda de justicia se van a enfrentar a un sistema que no escucha: “no paren”.

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