Para quienes conocen el IEEM no resultó extraño que el pasado lunes, durante la continuación de la sesión de seguimiento a la jornada electoral del 6 de junio, el representante del PRI, Tonatiuh Medina, basándose en un artículo periodístico donde Bernardo Barranco revela que tres de cada 10 funcionarios de casilla fueron tomados de la fila el domingo pasado, haya pedido que se le investigue por una presunta violación a los sistemas informáticos del INE y del IEEM.
Lo que sí es sorprendente es que el consejo general del IEEM haya secundado acríticamente la propuesta del representante priista, un hombre de pocas luces y escaso peso político en la entidad, quien prácticamente puso a temblar a las cinco consejeras y al único consejero del Consejo General, quienes sin más dieron por buena su versión y pidieron de forma unánime una investigación.
A pesar de que todos estudiaron la licenciatura en Derecho, nadie de los consejeros tuvo la sensatez de pedirle que presentara su denuncia por escrito, para que las áreas competentes la analizaran y que la secretaría ejecutiva hiciera una propuesta a la Junta o al Consejo General. En un extremo de sumisión al representante priista, la presidenta provisional, Daniella Durán, ofreció su teléfono personal para que se revisaran sus claves, contraseñas y comunicaciones privadas de whats app. No le importó que pudiese tener conversaciones familiares o amistosas. Sus ganas de quedar bien con el PRI hicieron que se le olvidara su formación de abogada y el debido proceso.
Además, la ligereza con la que actuó la presidenta provisional del IEEM podría generarle responsabilidades. De acuerdo con la ley respectiva, especialmente por lo señalado en el artículo 42, fracción V, su obligación es custodiar y cuidar la información que está en su poder, lo cual incumplió al ofrecer al representante del PRI las claves de acceso al Sistema de Información de la Jornada Electoral. Incluso podría proceder su remoción por ese hecho, de acuerdo con lo señalado en el artículo 102, de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales.
Lo vivido el lunes desnudó la verdadera naturaleza del IEEM: un ente al servicio del PRI. No obstante eso, varios de los representantes partidistas se sumaron, por acción o por omisión, al representante priista. Destacó por lo artero de sus ataques el de Movimiento Ciudadano, César Severiano, un conocido golpeador en el Consejo General, quien llegó a insinuar que podría tratarse de delincuencia organizada. Por su parte, Jorge Neyra, representante de Fuerza por México, acusó a Barranco de tener gente infiltrada para cometer ilícitos. Su enorme resentimiento es más bien porque Bernardo presionó para que Neyra dejara la dirección general del IEEM en 2005.
El balance para el IEEM es negativo en términos de imagen pública como ente autónomo. Sus integrantes prejuzgaron sobre hechos presuntamente ilegales. Asumieron como cierto lo denunciado por el representante priista, sin respetar el debido proceso. Se adelantaron en el anuncio de acciones hacia el exterior del IEEM, como dar vista al INE y la fiscalía electoral, entre otras.
La pregunta es ¿quién manda en el IEEM? Los consejeros generales o un mediocre representante lleno de resentimiento hacia Bernardo Barranco por su tenaz lucha a favor de elecciones limpias y transparentes, cuyo principal enemigo ha sido históricamente el PRI y sus representantes en todos los niveles de ese órgano electoral. El tiempo lo dirá.
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