Ahora que llega Jesús y que lo celebramos, quisiera comentar algo que me llama mucho la atención de este gran líder, hijo de Dios. El platicaba con mucha gente. Era el gran orador, desde pequeño.
Sin embargo, Jesús no fue el primero en contar historias. En Israel y fuera de Israel otros también las contaban. Jesús fue hijo de su tiempo. Para él la parábola fue importante. La parábola, el cuento y la fábula, pertenecen al río milenario de la narración.
La venida gloriosa del reino, en el siglo I, era esperada por todos. Jesús tiene conciencia de haber venido a echar “fuego a la tierra”. Con él comienza el reino de Dios. La actividad de Jesús tiene valor de signos precursores. El calendario del reino, es el calendario de Dios. -¿De dónde aprendió Jesús a decir las parábolas? ¿De los rabinos; de los fariseos o de Juan el Bautista?. Es buena la pregunta… ¿de dónde?
Si se examina entre la parábola y la interpretación alegórica, se constata que la primera es “el grano”, no quien lo pone. “La palabra que sale de mi boca, no volverá a mi vacía.” El reino vine, irresistiblemente, pero su venida se prepara en pequeños comienzos.
Formular una parábola es todo un arte, entenderla también pide algo… ¿Qué es una parábola en la Biblia? Parábola es un término que proviene del latín parabŏla y que tiene su origen más remoto en un vocablo griego. En el ámbito de la matemática, la parábola es el espacio geométrico de los puntos de un plano que tienen equidistancia respecto a un punto fijo y una recta.
También parábola deriva del griego “parabolé”, término que sugiere una comparación. una parábola es un relato corto, con forma de historia sencilla, real o inventada pero no fantasiosa, mediante la cual Jesús establece una comparación: “igual que sucede en tal caso, así sucede en tal otro”.
Los judíos preferían las parábolas como método de enseñanza. Jesús, como todo judío, era heredero de una tradición sapiencial que se forjó a lo largo de muchas generaciones.
Todo grupo humano desarrolla, a lo largo de los siglos, diversos métodos y caminos para explicar la realidad en que se vive y encuentra también caminos para transmitir de una generación a otra, las experiencias exitosas para resolver la vida.
Por este motivo, la sociedad hebrea desarrolló la transmisión de la sabiduría, como un quehacer familiar. En el libro de proverbios se amonesta a los ingenuos e ignorantes, como lo haría un padre o una madre con sus propios hijos.
El modo específico de ser del pueblo judío implica una característica peculiar, esta es la fuerte vinculación del “por qué” de las cosas a los acontecimientos. A esto se le llama sentido histórico.
Muchas veces en el Antiguo Testamento encontramos al final de un relato frases como esta: “por eso, desde entonces…” o bien, “a partir de entonces hasta el día de hoy…”. Así aprendió el pueblo de Jesús a reconocer el origen de las cosas y aprendió también a comunicarlo a las nuevas generaciones.
Con este pensamiento tan ligado a lo tangible, resulta lógico que, en vez de elaborar grandes tratados sobre temas abstractos, tengamos el uso de parábolas o narraciones didácticas.
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