Claudia Robles Reynoso, Tanatóloga y Terapeuta de Satélite, comentó que la gente no está preparada para sufrir la enfermedad terminal de un familiar y se recomienda que se tengan acompañamiento y no dejen nada pendiente con la persona que está por morir.
La tanatóloga dijo que la mejor terapia de las familias es pedir perdón, pues durante el duelo puede aparecer mucha culpa, enojo y tristeza, volviéndolo una situación complicada.
Jóvenes presentan apertura en el tema de la muerte de un familiar
Entre los jóvenes con edades de 18 a 25 años de edad existe mucha apertura en el tema de la muerte de algún familiar, pues Claudia dice que antes habían muchos mitos o chantajes, como el hecho de no dejarlos ir, “obligaban a los jóvenes ha hacer caso de las decisiones de los adultos mayores “.
Claudia comenta que hablar del testamento o la definición de las propiedades, representaba el deseo por la muerte del padre o madre, pues implicaba la pertenencia de la casa, el auto o el dinero; sin embargo, esto no es así.
Ahora hay mucha apertura y no existen esos mitos de honrar la memoria con el legado que los familiares dejan. Si el abuelo era abogado se tenía que honrar su memoria, destacó.
Con las redes sociales, la inteligencia artificial y la tecnología con la que se cuenta, los jóvenes tienen más herramientas y tienen el poder de decisión de formar sus propias creencias. Esto debido a que antes, el tema de la muerte, se veía en el grupo de la iglesia, amigos y vecinos.
A estás generaciones, dijo, aparentan tener más dolor por perder a su perro y gato, porque es una generación de control. Al perrito, lo pueden controlar y no se tiene el compromiso de darle una escuela o educación, pues no existe tanto compromiso como antes.
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Las distintas generaciones toman la muerte de maneras diversas
La generación de 60 años en adelante, recibía una educación con chantaje, dónde la mamá o el papá le decían al hijo, “cuándo me muera vas a sufrir porque no sabes lavar, trabajar o realizar alguna actividad”.
Destacó que también está la generación de los 40 o 50 años, que poco se adapta a las nuevas tecnologías y se va adaptando a los cambios. Pues fue una generación que sufrió el COVID, el aislamiento por dos años y el dolor de haber perdido a un familiar.
La apertura a temas de la muerte es buena, comentó, porque se siente el dolor por la perdida de un familiar, pero poco a poco se van adaptando a los cambios de las nuevas sociedades.
Finalmente, concluyó que cada generación enfrenta la muerte de una manera diferente, pero siempre con una actitud retadora, con sus fiestas y ofrendas.
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MPH