Julio Isa, cantante originario de Mar del Plata, acogido en México, busca abrirse camino en la industria musical latinoamericana proponiendo un sonido que se basa en el rock, pop e indie, con matices folclóricos y electrónicos, actualmente bajo la guía de Siddhartha.
Julio Isa, cantante originario de Mar del Plata
Julio siempre supo que la música sería su camino, aunque esa certeza no llegó de inmediato. No creció en una familia de músicos, pero su conexión con los instrumentos surgió de manera orgánica, como un juego que más tarde se transformaría en una pasión irrefrenable.
“Fue algo natural, casi solo. No hay músicos en mi familia, era una búsqueda con los instrumentos que era un juego, pero cuando llegó la hora de decidir a qué dedicarse, ya lo tenía muy claro. Solo pasó, es como cuando algo te gusta demasiado y lo quieres seguir haciendo. Supongo que fue porque encontré una manera de expresarme y manifestarme; después se vuelve una profesión, pero ese vínculo con la música es lo más importante”, comentó.
En sus primeros años, la música fue algo íntimo y personal, una actividad introspectiva que realizaba por puro disfrute. Sin embargo, todo cambió cuando un profesor de educación física lo invitó a tocar una de sus canciones en un evento escolar.
“Yo tenía tipo 8 o 9 años, ya me gustaba mucho Fito Páez. En mi casa se escuchaba mucho rock argentino, incité a mis padres a que me mandaran a estudiar y ahí empezó el juego, pero sin dejar de prestar atención a la disciplina.
Hubo un detonante: primero era algo muy introspectivo; solo tocaba música porque me gustaba, no porque pensara dedicarme a eso, hasta que una vez mi profe de educación física estaba organizando un evento en mi escuela y me propuso tocar. Yo en ese entonces era más tímido, tenía una canción que alguna vez le había mostrado y medio (subrayado: “medio” es coloquial, preferible usar “algo” en contextos formales, pero mantengo el término dado el estilo informal de la cita) que me convenció”, recordó.
Aunque tímido y nervioso, aceptó la propuesta. Ese día, frente a una multitud, experimentó por primera vez el poder de su música para conmover a otros. Esa revelación marcó un antes y un después en su vida, y a partir de ahí comenzó a tomar la música más en serio.
“Toqué una canción mía en el acto del colegio, que para mí era una multitud, capaz que estamos hablando de 200 personas, y fue un éxito. Esa fue la primera vez que me di cuenta de que podía conmover a la gente. Fue una emoción fuerte y, aunque siempre le metí, sin querer meterle, ahí se volvió diferente”, explicó.
Su camino como músico no fue lineal, pero sí constante. Empezó tocando canciones de rock argentino, aunque desde muy joven componía sus propias canciones. Con el tiempo, la música se convirtió en su medio de expresión más puro.
“Yo sacaba las canciones que me gustaban de rock argentino, pero mi medio de expresión eran mis canciones, y de más grande me dediqué un poquito a tocar covers. A veces me ha pasado que me los piden y me divierte mucho, pero no es tu medio de expresión. Por eso, desde chico componía mis canciones”, mencionó.
Desde Mar del Plata hasta México
El mar, con el que siempre tuvo una conexión especial, inspiraba su creatividad. Vivir cerca de la playa en Mar del Plata, estudiar en La Habana y más tarde mudarse a Holbox, México, lo acercaron a la belleza natural que tanto influye en su arte. Para Isa, tanto el mar como la montaña ofrecen un paisaje que sensibiliza y abre puertas a nuevas ideas.
“En su momento fue el mar, yo no vivía muy lejos de la playa, como a cinco cuadras, entonces era una actividad muy común conectar con el mar. También me ha tocado vivir mucho en el mar; estudié en La Habana y llevo cuatro años viviendo en Holbox (México), que también es mar.
Pero a la vez descubrí que no es el mar sino la belleza natural lo que es inspirador. Uno puede sacar inspiración también de la montaña, con otros colores, pero creo que esa belleza natural te sensibiliza. Ese bienestar que te genera estar viendo un paisaje natural te genera ideas”, compartió.
Para Julio, el camino de la música, en el que ha logrado abrirse paso, es incierto. Asegura que hay que emprenderlo con ímpetu y fe.
“Es un camino con machete en mano, que no sabes nunca por dónde va a abrirse y te tienes que ir haciendo camino. No te vas dando cuenta, pero de repente aparece algo, así como esa primera presentación que un profe me propuso.
Transitas por un camino que llega a su fin y de repente no sabes para dónde ir cuando ves que se abre otro, siempre con esta fe de que algo va a suceder, pero también uno tiene que tomar partido”, consideró.
Fue así que su carrera musical dio un gran giro cuando decidió mudarse a Buenos Aires. Allí, comenzó a rodearse de otros músicos, lo que lo llevó a ser parte de distintas bandas y proyectos. Una oportunidad inesperada llegó cuando un amigo lo recomendó para tocar como tecladista en la legendaria banda de rock argentino Vox Dei.
“Yo decidí irme a Buenos Aires a estudiar y comencé a conocer músicos, que me llevaron a conocer a otros. Me invitaron a integrarme a bandas, toqué para proyectos de otros hasta que un amigo me llamó para un reemplazo en Vox Dei, que es una banda legendaria del rock argentino. Necesitaban un tecladista para un día, pero me terminé quedando un año.
Con ellos empecé a comprender cómo era esto de las giras. Me empecé a sentir seguro de grabar mis primeras canciones, aprendí a producirlas y, hasta el día de hoy, sigo aprendiendo. Así fue que me abrí camino, una cosita te vincula con otra y se va ramificando”, detalló.
Después de tocar en grupos de folclor y recorrer grandes festivales, se dio cuenta de que, aunque disfrutaba de esa experiencia, no era su verdadero camino. Fue así que decidió enfocarse en lo que realmente lo movía, llegando a México, donde conoció al reconocido cantante y productor Siddhartha.
“Después me dediqué a hacer mis propias canciones. Me gustaba mucho el folclore y canté en un grupo de folclore; ahí hice giras todavía más grandes con festivales enormes, pero me di cuenta de que, aunque me gustaba, ese género no era mi lenguaje.
Fue una linda experiencia para aprender, pero después decidí irme para hacer más lo que a mí me gusta, que tiene que ver más con el rock, el pop y el indie. Así fue que llegué a México, por una cuestión de la pandemia. Entonces conocí a Siddhartha, que fue otra puertita que se abrió y hoy todo lo que estoy haciendo es por medio de ella”, mencionó.
Esa oportunidad ha influido en su creación musical, pues compartió que las últimas canciones han sido producidas por el cantante mexicano y su socio y guitarrista, Rul Velázquez, con quienes prepara un próximo material con sonidos acústicos y sintetizados, reflejo de su creciente interés por la música electrónica sin abandonar sus raíces en el rock y el pop.
“Todo lo que tenga teclas me gusta mucho. Hace años me empezó a gustar el sintetizador; siempre fui más pianista, pero empecé a generar este interés por la música electrónica, y las canciones tienen un poco de este timbre sin que deje de sonar a rock pop. Vienen dos canciones que también tienen este timbre, no quiere decir que todo va a ser así, pero quizás la esencia de este EP sea la fusión de lo acústico con lo sintetizado”, adelantó.
Con machete en mano, corta su camino en la música, buscando fusionar ritmos con su sello personal
Este EP, que tentativamente llevará por nombre “Desierto”, incluirá su más reciente lanzamiento, “A donde voy te llevo”, una canción que rescató de sus épocas de estudio en La Habana, por sugerencia de sus nuevos productores.
“Esta canción nace de un amor a distancia, cuando estudiaba en La Habana, hace unos 10 años. Nos juntábamos con unos amigos a jamear y hubo un día que estaba medio inspirado y le pedí al compañero que grababa que me pasara el archivo porque recordaba justo esa parte de la letra que dice ‘a donde voy te llevo’. Era un color nuevo en mí.
Yo estaba en una relación en Argentina y me había ido a Cuba, por eso salió esa frase, por el tema de la distancia. Avancé en la música y, cuando empecé a grabar con Siddhartha y Rul, les gustó esa canción. La terminamos de armar, ellos se involucraron mucho porque solo tenía bocetos y agregué lo que yo estaba viviendo más en la actualidad, una manera de amar diferente, más relajada”, apuntó.
Con el lanzamiento de su EP planeado para el próximo año, Julio Isa se prepara para regresar a los escenarios. Su visión es clara: armar una banda completa y presentarse en Buenos Aires y Ciudad de México, ciudades donde ha encontrado su mayor base de oyentes. Mientras tanto, seguirá trabajando en terminar su material, siempre guiado por esa pasión por la música que lo ha acompañado desde niño.
El cantante Julio Isa se abre paso en la escena musical latinoamericana con un EP que mezcla rock, pop y elementos electrónicos.
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