La violencia en México, pero concretamente en la entidad mexiquense, ha llegado a niveles de irracionalidad, donde la condición humana es cuestionable. Pareciera que los delincuentes son insensibles al dolor humano y que sólo buscan satisfacer sus instintos primarios.
Daré cuenta de una historia, de esas que se viven todos los días, en casi todos los rincones del Estado de México. Una historia que casi es costumbrista.
Un grupo de seis hombres entran a una tienda en la colonia Guadalupe Victoria, municipio de Otzolotepec, para asaltar el estanquillo, pero terminan matando, sin sentido, a una joven tendera de 26 años, de un balazo en el pecho.
Cerca de las 7:30 de la noche varios menores y un adolescente jugaban en unas maquinitas de juegos instaladas en el establecimiento. Diana, así se llamaba la joven que atendía el establecimiento familiar, vio entrar al grupo de delincuentes con pasamontañas, quienes la amagaron con un arma para que les entregara el dinero.
Ella atendió lo que le pedían, entregó el dinero que tenía a la mano, pero no fue suficiente, ellos querían más. Dos de los hombres estaban parados en la puerta, nadie podía salir ni entrar. Una mujer y su hija adolescente se replegaron en un rincón terriblemente asustadas porque vieron que llevaban armas de fuego. Fueron minutos eternos.
De pronto se escuchó una detonación y con una herida en el pecho, cerca del corazón, Diana cayó al piso. Le habían pedido que abriera las máquinas para sacar el dinero, pero ella no tenía forma. Eso le costó la vida. Los niños y las mujeres gritaron. La abuela de la joven bajó en ese momento y la obligaron a subir a la casa de los padres de Diana.
El padre bajó con ellos y al ver a su hija en el piso herida, ya no lo pensó y se lió a golpes con uno de los asaltantes. Los otros, ya con una pantalla y una computadora en la que Diana trabajaba, huyeron. Lo mismo logró hacer el otro.
Llamaron a una ambulancia y Diana fue llevada al hospital, fue al otro día, el sábado, cuando se confirmó su muerte debido al tiro recibido en el pecho. Afuera, los vecinos sólo observaron lo que pasaba. Nadie llamó a la policía.
Pero no es la primera vez que esto pasa. Los vecinos de la colonia Guadalupe Victoria relatan que son constantes los asaltos a negocios y a los vecinos en las calles. Un grupo de jóvenes fue detenido, pero los soltaron porque “no había elementos”. Dicen que han solicitado una y otra vez seguridad a la alcaldesa Erika Sevilla Alvarado, pero no hay respuesta.
Los sábados, sobre todo cuando las mujeres salen de las fábricas o llegan de trabajar de la ciudad, son despojadas del poco dinero que les pagan. No hay vigilancia.
La Guadalupe Victoria es una colonia donde la gente vive con miedo constante. Ya se había denunciado, incluso, a grupos de colombianos, a hombres en autos, a jóvenes asaltando y golpeando mujeres. Pero ninguna autoridad, hasta ahora, les ha dado respuesta.
Es Otzolotepec, pero puede ser cualquier otro municipio. No tenemos porqué acostumbrarnos a vivir así. Debemos exigir a las autoridades que garanticen la vida de la población. Es lo menos que pueden hacer.
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