La hasta ahora casi anónima ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Yasmín Esquivel Mossa se mantiene en el ojo del huracán político debido a la revelación de evidencias que apunta hacia el plagio de su tesis de licenciatura en 1986.
El golpe a la ministra es también un golpe al movimiento de la 4T debido a que Esquivel Mossa se perfilaba como la propuesta lopezobradorista para sustituir, el 2 de enero próximo, a Arturo Saldivar como presidente de la SCJN.
La ministra llegó a la corte bajo propuesta presidencial en 2019 junto con la entonces jefa del Servicio de Administración Tributario, Margarita Ríos Farjat; lo que en su momento se vio como un movimiento para colocar piezas del nuevo Presidente e influir en las decisiones de la Corte.
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En el caso de Yasmín Esquivel, pareciera que ese ha sido el criterio en la toma de decisiones pues, hasta ahora, ha apoyado todos y cada uno de los asuntos de interés presidencial siguiendo la línea que viene dictada, “mañaneramente”, desde Palacio Nacional.
Por ejemplo, en el caso de la investigación a Pío López Obrador sobre la recepción de recursos en efectivo grabados en video, la ministra bloqueó al INE en su intento para conocer los detalles del caso que en su momento investigaba la FGR.
Así, por intercesión de la Ministra, el INE no pudo participar de la investigación y el caso fue desechado porque, curiosamente, la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) no fue tan inteligente en esta ocasión y no encontró elementos para considerar el hecho como delito.
También votó a favor de validar el decreto presidencial que permite a las fuerzas armadas nacionales en las calles, en ese momento, la Cámara de Diputados argumentaba que se estaban invadiendo sus funciones por parte del Ejecutivo pero la Corte determinó que no.
Pero el riesgo más grande Esquivel Mossa para poder ser presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es el posible conflicto de intereses al estar casada con uno de los principales contratistas del lopezobradorismo: José María Riobóo Martín.
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El escándalo del presunto plagio de su tesis ha alejado los reflectores del hecho de cercanía entre Riobóo y López Obrador, desde los tiempos en que este era jefe de gobierno de la Ciudad de México y, posteriormente también, con Marcelo Ebrard Casaubón.
La cercanía de Riobóo con la cuarta transformación en la Ciudad de México se extiende a su participación en el Comité Técnico “de alto nivel” integrado por Claudia Sheinbaum para el refuerzo y rehabilitación del tramo colapsado en la línea 12 del metro.
El problema para la 4T es que, sin Yasmín Esquivel, el presidente parece no contar con un “plan B” en la corte, ya que quien podría ser su otra apuesta, Margarita Ríos Farjat, ya se ha desmarcado de cualquier interés para contender por ese cargo.
Pese a que Ríos Farjat fue propuesta a la Corte también por López Obrador, se ha mostrado más independiente en la toma de decisiones, situación que ha llevado al mandatario a referir que “se equivocó” en sus propuestas pues no actuaron bajo los ideales de la 4T.
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En este trayecto, podría surgir la figura de otra ministra, Norma Lucía Piña Hernández, quien es independiente a los designios presidenciales y cuenta con una amplia carrera judicial; algo que podría favorecerle para convertirse en la primera mujer en presidir la SCJN.
La decisión será tomada la próxima semana y ahí veremos no solo qué tanta independencia logra mantener la Corte sino también, hasta dónde alcanza la influencia presidencial para hacerse de control del Poder Judicial, lo que sería, quizás el principal revés de la 4T.
j.israel.martinez@gmail.com