La Mujer en la Academia

A la hora de hacer un balance de los aportes de los Estudios de la Mujer y el Género al mundo académico en general, cabe destacar el papel revitalizador que han jugado en las Ciencias Sociales, dotándolas de nuevos contenidos y restituyendo la importancia de los aspectos culturales involucrados en los procesos sociales. Otro acierto es la flexibilización de las barreras disciplinarias ya que muchos de las problemáticas levantadas por estos estudios permiten y exigen el abordaje de y desde diferentes disciplinas y en muchos casos demandan un trabajo de equipos interdisciplinarios, lo que ha permitido romper con el encapsulamiento de ciertos tópicos por parte de algunas áreas del conocimiento. Así, por ejemplo, el cuerpo, hasta hace poco patrimonio casi exclusivo de las Ciencias Médicas y Biológicas, está comenzando a ser abordado por la investigación social.

Pese a lo reciente de la integración de los Estudios de la Mujer y el Género en las universidades, existen evidencias que muestran que la interdisciplinariedad que caracteriza a los programas de género ha posibilitado la emergencia de nuevos ámbitos de investigación entre los que destacan aquellos que se ocupan de la identidad, lo relacional y la cultura.

Por otra parte, la inserción de los Estudios de la Mujer y el Género en las universidades ha creado las condiciones para generar el recambio de investigadores, actualizando en el ámbito de aulas un debate teórico y conocimientos que antes estuvieron concentrados fuera de éstas, potenciándolos en la indagación de nuevos aspectos de la realidad y abriendo la investigación a otros sectores sociales. Una limitación importante de las investigaciones universitarias de tesis, hasta los noventa, fue la carencia de una conexión con el debate realizado en espacios extra académicas y el retraso en la incorporación de avances teóricos y metodológicos, pero una de sus ventajas, que hoy, una vez superada esta dificultad puede convertirse en fortaleza, es su mayor apertura y libertad para seleccionar diferentes temáticas. Los ejemplos más claros se dan en las indagaciones sobre sexualidad, donde no todas las investigaciones se preocupan de las disfuncionalidades y patologías, y en la creciente incorporación de materias vinculadas a la construcción de identidades masculinas.

En cuanto a la participación por sexo en tesis e investigaciones, no deja de ser positivo el constatar que mientras las mujeres aumentan y mejoran su participación,  los hombres lo hacen a nivel de tesis en tópicos que han sido tradicionalmente reductos femeninos. Esto es interesante cuando se piensa en proyecciones a futuro, ya que, de mantenerse la tendencia, debería irse produciendo con el tiempo un mayor equilibrio entre ambos sexos, proceso al cual concurrirán los cursos, seminarios y talleres impartidos en diferentes facultades. Los temas de mujer y género dejarían de ser así patrimonio femenino, y los financiamientos para la investigación se deberían de distribuir de manera más equitativa entre hombres y mujeres.

No deja de ser preocupante, la carencia de investigaciones y de un debate serio y profundo en torno al tema género y educación, el que es de vital urgencia por las repercusiones que ésta tiene en la reproducción de prácticas excluyentes y discriminatorias para las mujeres. Al analizar la participación de hombres y mujeres en los concursos del Conacyt, se hace visible que en este plano hay una representación proporcional de hombres y mujeres; la participación según sexo refleja la realidad académica y profesional diferenciada masculina y femenina. Por esto es necesario indagar en los peldaños inferiores del sistema educativo para encontrar en qué segmento se está produciendo la diferenciación que a lo largo del tiempo se transforma en desigualdad.

La coexistencia de dos opciones de incorporación al ámbito académico de los Estudios de la Mujer y la de Estudios de Género, con sus respectivas implicancias teóricas y metodológicas, hasta el momento ha resultado enriquecedora, aún cuando no han contribuido a superar el confusionismo del concepto de género, que en muchos casos sigue siendo asimilado a lo femenino. No obstante, ambos estudios han hecho aportes específicos que han permitido difundir una problemática y ampliar los sectores sociales y los contenidos, logro que no habría sido tan fácil de conseguir si las opciones hubieran sido excluyentes.

Los Estudios de la Mujer permiten visibilizar a un amplio sector social dando a conocer la particular condición en que se desenvuelven sus vidas en diversas esferas y medios sociales. Las mujeres y su relación con el trabajo, con el desarrollo, con la educación, la salud mental y la salud del cuerpo son algunos de los aportes de estos estudios al conocimiento. A esto se suman los avances impulsados por los Estudios de Género que han comenzado a ampliar el campo de investigación, yendo más allá de las mujeres, buscando dar cuenta de las interacciones y relaciones entre hombres y mujeres en contextos socio-culturales e históricos específicos.

Tal vez uno de los mayores desafíos que enfrentan los Estudios de Género es contribuir a la realización de análisis más holísticos que permitan aprehender de manera más fina los complejos procesos socio culturales y establecer cómo los sujetos los viven y los representan. Nos parece que es posible y necesario, hoy que los Estudios de la Mujer y el Género se han incorporado a las universidades, y por lo tanto no tienen la urgencia de la acción o de la definición de políticas, profundizar una discusión sobre aspectos teóricos y metodológicos que permita ir generando un modo de pensar lo latinoamericano. Ya no desde los préstamos culturales acríticos sino contemplando las variables históricas, sociales, culturales, económicas y étnicas que particularizan nuestro modo de relacionarnos e identificarnos como sujetos masculinos y femeninos situados en un territorio; en definitiva, que nos permitan conocer dónde y cómo se reproducen las desigualdades entre hombres y mujeres, para poder actuar sobre ellas en la búsqueda de una equidad que nos beneficiará a todos.

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