México se ha convertido en el hogar de OBK fuera de España. Aunque la música electrónica de este grupo, que formaron en 1991 Jordi Sánchez y Miguel Arjona, ha resonado en múltiples latitudes, es en este país donde su conexión con los fans tiene un lugar especial en su corazón.
OBK ha vendido más de un millón y medio de discos vendidos y se han presentado en más de mil conciertos entre España, Europa y Latinoamérica.
“Es un público muy pasional”, aseguró Jordi Sánchez. “Hay una cultura de música electrónica muy importante. Hay una legión de fans y seguidores de la música electrónica en México muy importante”, añadió.
Jordi, quien mantiene viva la llama del grupo español OBK, tras el retiro de Miguel, recuerda que en México grabaron el único disco en directo que tiene la agrupación que desde hace más de tres décadas le canta al amor.
Lo hicieron en 2016, en el Plaza Condesa, como una forma de reconocer a sus seguidores y compensar el no haber estado con ellos tanto tiempo como hubieran querido.
“Me gusta mucho el sentido de ese cariño que ellos dan”, sostuvo en conversación telefónica con La Jornada Estado de México.
El nombre OBK proviene de una abreviatura de “Oberkorn” una canción instrumental de Depeche Mode que tuvo una gran influencia en Jordi Sánchez y Miguel Arjona para incursionar en la música electrónica.
El impacto que tuvieron entre los jóvenes españoles de la década de los 90 del siglo XX fue coronado con la venta de 400 mil ejemplares de su primer disco.
Ahora OBK regresa a México una vez más, al salón La Maraka, donde retomó los escenarios mexicanos hace dos años.
Se presentará este 16 de noviembre, para recordar temas como “Historias de amor”, “La princesa de mis sueños” o “De qué me sirve llorar”.
Convencido de que “el motor de toda creación siempre es el amor y el desamor”, Jordi prioriza la conexión emocional en su música. Afirmó que las nuevas generaciones se pueden identificar con la música de OBK, porque “las emociones son lo que nos une, son lo que buscamos; es lo que nos falta”.
La agrupación de música electrónica se adaptó a los formatos digitales recientes para darse a conocer entre las nuevas generaciones
“Las generaciones no son tan diferentes a nosotros, solo que utilizan un lenguaje mucho más directo. Yo me considero un artista más veterano, pero la verdad lo importante del arte es emocionar”, apuntó.
Sobre la transición de discos físicos al streaming, comentó que ha cambiado la forma de presentar y distribuir la música, pero han sabido adaptarse y no siente nostalgia por el pasado.
“Estoy tranquilo y me adapto como todo el resto de mis compañeros. No nos queda otra. No echo de menos ninguna época. Yo creo que la vida es para adelante, siempre hay que mirar para adelante”, puntualizó.
Para Jordi, de 56 años, lo más importante para la creación musical es mantener la “ilusión y la pasión” de compartir con el público la música electrónica. Cuando eso acabe, tal vez pensará en el retiro, subrayó.
“Para ser creador tienes que ser un niño; si ese niño no está, ya no eres creador. Yo lo veo desde ese punto de vista: necesito ilusión y pasión para crear y eso me lo da el niño que vive dentro de mí”, añadió.
“Este niño aún tiene muchas ganas de hacer cosas. Entonces, dejémosle hacer y cuando ya no tenga ganas de jugar, pues ya pensaremos en una retirada”, concluyó.
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