La Secretaría de Salud del Estado de México parece navegar sin brújula, sigue la incompetencia y desatención. La crisis azota a los hospitales, donde los trabajadores amenazan con un paro si no se resuelven los problemas de desabasto de medicamentos. Pero además exigen la destitución de la secretaria de Salud, Macarena Montoya Olvera. Aunque ello podría hacer pensar que un tema de necesidades reales lo llevan a un asunto político.
Consideran que el cambio de proveedor de insumos médicos, de la distribuidora privada Medalfa a la paraestatal Birmex, ha resultado ser una maniobra desastrosa. La entrega de biológicos a los hospitales se ha visto afectada, mientras el proceso avanza con la velocidad de un caracol en un mundo de tortugas.
El sindicato, que se dice harto de promesas vacías y de ser ignorado, prepara una marcha y huelga escalonada. ¿El objetivo? Demandar lo que debería ser básico: conocer los términos del convenio IMSS-Bienestar, participar en la basificación de trabajadores, homologar salarios, concluir hospitales en construcción y tener la mínima decencia de abastecer de insumos médicos a quienes luchan por salvar vidas.
Las mantas colgadas en los hospitales dicen: “Estamos trabajando bajo protesta por la falta de insumos médicos, materiales de curación y medicamentos”. La pregunta es: ¿cuántos más deberán sufrir antes de que alguien tome cartas en el asunto?
Mientras tanto, la secretaria no ha salido a decir lo que está pasando. Qué se está haciendo para resolver los problemas que enfrenta el sector, que no son menores y afectan a miles de personas en busca de atención médica barata, al alcance de sus posibilidades.
La gestión de Macarena Montoya no se ha reflejado en mejoras en hospitales, que de verdad enfrentan serios problemas de desabasto, incluso de lo mínimo que son gasas. Pero sobre todo en el control y manejo político con el sindicato de trabajadores del sector salud. Al menos la percepción es que el sistema de salud estatal está al borde del colapso.
El descontento en los hospitales es mucho y desde hace tiempo callaban, y no es para menos. Los trabajadores de la salud, que día a día arriesgan sus vidas para salvar las de otros, se ven obligados a enfrentarse a condiciones laborales precarias y a la constante falta de material básico. Es una situación que clama por acciones urgentes que permitan una mejor atención.
En medio de esta crisis, los pacientes son los principales perjudicados. ¿Cómo pueden recibir atención médica adecuada cuando los hospitales carecen incluso de los insumos más básicos? Es un escándalo que evidencia la incompetencia de quienes tienen el encargo de la gobernadora Delfina Gómez de velar por la salud y el bienestar de la población.