La señora Democracia…

No voy por ningún motivo a hablar de las elecciones. Todo mundo lo hace, y a mí me dio una inmensa tristeza que el pueblo en general, el del Estado de México, en un 50% no saliera a votar. Así quieren todos ejercer la democracia. Muy triste situación. Así no se hace, así no se puede.

Aquí cada quien vota por quien cree pertinente. Y ya ganó y ya perdió. Todo pasó en un mismo día, y lo increíble, fue el absoluto y total respeto que hubo en las urnas. De norte a sur, y de cabo a rabo. Nadie habla de que el estado estuvo en paz.

Lo que sí quiero platicar, después de ver a los aspirantes a presidentes, a los que el bello y dulce presidente les llama “corcholatas”, porque se destaparon temprano, fue del oso que hizo la señora Claudia, al dirigirse de una manera muy extraña al pobre de Alfonso Durazo Montaño. A él lo conozco hace cuarenta años, porque fue mi jefe en el CREA de Heriberto Galindo. Siempre lo vi, tendiendo puentes de inteligencia entre los directores delegacionales y el director general. ¡Como si él hubiera tenido la culpa de que la gente de Marcelo le gritara cuando llegó al evento de Morena, que el piso debería de ser parejo! Y la verdad, tienen razón.  

Volviendo a los renglones del principio, es pertinente plantear la reflexión y la discusión en relación al desarrollo regional de México en la democracia, o mejor, la democracia y las condiciones por ella generadas para el nuevo desarrollo regional en el país.

Pero más allá de estos planteamientos, la pregunta que tenemos enfrente es: ¿hay realmente un nuevo esquema de desarrollo en estas nuevas condiciones de participación social en el país? Y yo pienso, que por supuesto que las hay. ¿Estamos frente a escenarios en donde el desarrollo regional está incidiendo en la generalización de la democracia y la participación social? Sí Está. ¿Estamos frente a escenarios en donde la democracia y la participación social están incidiendo en nuevas estrategias de desarrollo? Esto sucede en casi todo el país.

Entonces, en este momento, el panorama electoral en nuestro país ha venido cambiando. ¿Quién no recuerda las frases en las que se señalaba que el PRI pasaba de ser un partido dominante a sólo un partido mayoritario y ahora minoritario en varios gobiernos? Sus porcentajes de votos obtenidos han venido claramente descendiendo, hasta llegar a la mayoría relativa que tiene ahora. 

En fin, el tema del desarrollo sigue siendo un tema central en la discusión no sólo académica, sino fundamentalmente política. Las condiciones de vida y de bienestar de la población, la presencia, uso y distribución de recursos y posibilidades de vida y las acciones gubernamentales (obra e inversión), tocan todos los espacios de la vida de una comunidad, entidad o región.

Las crisis recurrentes que vive el país, al menos desde hace más de 35 años han afectado, de manera directa, las posibilidades de la población de mejorar sus condiciones de vida y, por el contrario, han llevado a que contemos en el país, según datos oficiales, con al menos 80 millones de pobres.

Esto se dice rápido, pero es algo extremadamente doloroso. Hace unos días, me pasaron a un maestro hermoso, que estaba preguntando a todos los chiquitos, que eran de unos nueve añitos, lo que habían almorzado. Fue terrible ver cómo había todos solo comido tortillas: con sal, con frijoles, con salsa, y solo uno con nopales. Cómo hacen falta los desayunos escolares.

Las reflexiones sobre estos temas tienen hoy en día una fuerte carga ideológica que deja de lado el fundamento empírico. Cada partido político, por ejemplo, afirma que sólo su proyecto puede salvar a la región y a la nación. Ojalá que, en lugar de pelearse, se pongan a trabajar y a sacar a como dé lugar, a este país adelante. Miles de mexicanos nos lo merecemos.

gildamh@hotmail.com