Desde mi primera época estudiantil, la sucesión en la rectoría de la UAEMéx ha sido objeto de mucho interés y no poco morbo, por un lado, siempre ha existido el discurso democratizador que insiste en que la elección a Rector debe ser abierta y democrática como sí el actual modelo no lo fuera. En esta corriente se inscriben los que insisten en ver a nuestra máxima casa de estudios como un recinto del poder público antes en manos del PRI y hoy en la antesala de los designios de Morena. El proceso sucesorio tiene tanto sus procesos formales, sobre quién elige y cómo se elige, sus tiempos y procedimientos políticos, distinguidos por una singular subcultura política al interior de las élites universitarias, me explico:
- La UAEMéx fue y sigue siendo el principal semillero de servidores públicos del Gobierno del Estado de México en sus tres poderes, hecho que es una realidad indiscutible, sería ingenuo suponer que no existe interés en la sucesión de grupos que al interior y fuera de la UAEMéx, quieren controlar a uno de los suyos. Esto es natural y legítimo, en medida de que se respeten tanto las reglas como los procedimientos internos.
- El proceso sucesorio ya ha comenzado, pero su formalización estatuaria se conocerá hasta el próximo año, la campaña técnicamente dura unas cuantas semanas, pero los interesados han comenzado sus movimientos desde hace meses; unos anunciando a todo pulmón su interés y otros según los cánones interiores que serán (algunos con más poder e influencia, más desde su percepción que la realidad en sí) y suelen ser consultados sobre sus aspiraciones. Los interesados pueden dividirse por género y aquí puede surgir la primera clave de la sucesión.
- Estamos en el siglo de las mujeres y la UAEMéx nunca ha tenido una rectora. Me parece que hoy se alienta con excelentes perfiles y su llegada vendrá a conformar una realidad palpable en el seno universitario; hay más mujeres en sus aulas; son las que obtienen las mejores calificaciones y las que más rápido se titulan. ¿Por qué una mujer no ocupa la Rectoría? Su reivindicación no es una concesión ni una moda, ellas, han luchado por conseguir metas altas con méritos propios.
- Algunos de sus exrectores quieren jugar en una cancha y en un tiempo que ya no les corresponde. La Universidad poco a poco se ha ido convirtiendo en una de las mejores rankeadas del país, gracias a la pericia y honestidad de sus últimos rectores. Ya somos una comunidad que se extiende a lo largo y ancho del estado con 11 centros universitarios, 6 unidades académicas profesionales y 21 facultades que anuncia el otro cambio previsible y deseable: la UAEMéx debe dar espacio y representación a todos los mexiquenses y no solo a Toluca y sus alrededores.
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La sucesión ha sido y deberá seguir siendo, eminentemente entre universitarios. Las presiones externas juegan como parte del proceso democrático, pero no pueden ni deben vulnerar la autonomía universitaria. Las tentaciones de imponer condiciones deben ser desterradas y las que han operado por décadas siguen siendo útiles hoy en día. Es muy complicado de entender desde afuera, pero si distinguimos algunas claves en el proceso será más entendible:
Nadie gana solo sin una trayectoria propia; las campañas son sordas y prolongadas en corto; los equipos suelen ir sumando de a poco; el dedazo es un mito insostenible desde hace más de 20 años; la comunidad universitaria es muy heterogénea y complicada, intentar ganar solo con la venia del poder en turno no siempre es suficiente.
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