La vocación magisterial, en revista

Tradicionalmente, dos marcos teóricos controlan el debate sobre la política educativa mexicana: el primero acentúa el papel del Estado como polo fundamental en la determinación de los rumbos de la política; el otro se focaliza en el papel desempeñado por entidades colectivas de trabajadores de la educación —los sindicatos—, que establecen definiciones sobre diferentes aspectos de la política educacional. Venturosamente, ambas posiciones no son antagónicas, sino complementarias en el quehacer educativo. El Estado fija los parámetros legales a los que los actores de la vida institucional educativa han de sujetarse; a su vez, los sindicatos proponen pactos y acuerdos con validez institucional legal que permite el progreso no solo de las condiciones laborales de sus agremiados, sino de la realidad educativa nacional. 

El Sindicato de Maestros al Servicio del Estado de México (smsem) constituye una de las más sólidas organizaciones sindicales no sólo en el ámbito nacional sino regional, tanto en número de afiliados como de acción política. Debido a que son complejas las articulaciones de los movimientos específicos en el campo de la educación, son objeto de estudio los innumerables desafíos que enfrenta el sindicalismo educativo mexiquense ya sean teóricos, metodológicos, políticos y prácticos. 

En este sentido, esta actual administración, la del profesor Marco Aurelio Carbajal Leyva (2021-2024), hizo esfuerzos por dotar a sus afiliados de un vehículo de comunicación para que no sólo quedara memoria del quehacer sindical, sino de propiciar el sano debate de las ideas sobre la materia educativa. Por ello fundó la revista Unidad Sindical.

Esta publicación cumple con este propósito: ser el receptáculo de trabajos críticos, análisis argumentados y estrategias de desenvolvimiento y consolidación de la organización sindical. Sus autores, es decir, sus afiliados, comparten en las páginas de su publicación sus particulares visiones sobre la regulación del trabajo docente, el camino recorrido en el campo del sindicalismo, la recuperación de la memoria histórica e inclusive las resistencias en el campo de la educación, lo que naturalmente acontece cuando las sociedades se erigen. 

En sus números ofrecen al magisterio mexiquense esfuerzos de profesoras y profesores sindicalizados por consolidar el caro anhelo de todo colectivo de trabajadores: ver colmadas sus necesidades, tanto materiales como intangibles. Hay en sus páginas análisis empíricos, conjunto de informaciones sobre los logros sindicales más recientes, relaciones entre el sindicato y el Estado pero, sobre todo, la noción fortísima de que al quehacer docente lo sostiene una indeclinable vocación de servicio.

Así, Unidad Sindical es parte de una categoría que se analiza a sí misma y que no pierde la curiosidad ni el vivo interés de apuntar elementos nuevos sobre la nobilísima profesión de enseñar, de subrayar cuestiones que ameritan atención inmediata a través de la reflexión y la acción y, particularmente, relatar resultados de los propios esfuerzos intelectuales, cristalizados en la palabra. 

Por este motivo, considero que el conjunto formado por estas producciones del razonamiento docente representa una importante contribución a los estudios sobre el sindicalismo y las relaciones de trabajo en el área de la educación.