El señor de la oscuridad regresa, el no muerto recorre las calles de la ciudad en busca de sangre para mantener vivo ese hechizo que ha convertido a Drácula, Conde Orlok o hasta Lestat en personajes venerados en el cine, televisión y teatro.
Justo es en las artes escénicas, donde Orgen LaVey, maestro de lo paranormal, mezcla la magia y actuación para inyectar miedo en el espectado con la obra de teatro El mito del vampiro.
“En épocas victorianas se acostumbraba a reunir a la familia, adolescentes y jóvenes para contar historias de vampiros, de espíritus de fantasmas, todas estas tradiciones y hasta cierto punto se están reviviendo para contrarrestar un poco el ataque electrónico a los cerebros de la juventud.
“Es un espectáculo interactivo único en el mundo, es un terror inteligente, no es la típica experiencia de gritos y sustos.
“Se tratan de cuatro relatos aterradores, acompañados de ilusiones visuales increíbles que solo se han visto en el cine, es un espectáculo que nos recuerda la sensación al leer cuentos de Edgar A. Poe o H.P. Lovecraft, ahora la tradición revive y es definitivamente aterradora”, comentó desde la oscuridad una voz grave, tanto que parece surge de ultratumba.
La primera función en La Capilla Gótica del Centro Cultural Helénico, Ciudad de México fue un lleno total, no cabía ni un ser vivo, materia prima, plasma enriquecido con hierro para un vampiro.
Las funciones serán cada último martes de mes, es decir, la siguiente visita del no muerto será el 28 de marzo.
Se trata de un espectáculo para adolescentes y adultos (menores bajo la responsabilidad de sus padres) y tiene una duración aproximada de 75 minutos.
Orgen LaVey resalta el tema de la sociedad vampirizada por los aparatos electrónicos, celulares, pantallas o computadoras de todo tipo y asegura que los jóvenes están demasiado contaminados por las redes sociales y, ya no están en contacto con los grandes maestros literarios del terror.
“La figura del vampiro ha tenido una evolución, no siempre para bien. El vampiro, el monstruoso, el vampiro de Nosferatu que era el Conde Orlock, su presencia y figura era de un ser desagradable, pero después de Bela Lugosi la figura del vampiro tuvo una evolución y dejó de ser monstruoso. Se volvió un vampiro aristócrata.
“Se volvió un ser bien hablado, educado y atractivo, seductor, en literatura si hablamos del vampiro de Polidori que es posterior a Drácula de Bram Stoker se trata de un ser que es repulsivo desagradable cuyo poder es el de seducir a las víctimas”.
Este, asegura el experto en artes místicas, ha sido uno de los atractivos del mito del vampiro, que un ser repulsivo tenga ese poder de atracción hacia el ser humano.
Sin embargo, con el paso de los años, el concepto de este ser se transformó y de un sujeto que inspiraba asco, terror y representaba la peste y muerte, en los últimos años se volvió un joven deprimido, débil e incluso andrógino.
“Él podía seducir a las víctimas y estas caían rendidas a sus pies, pero tristemente en la actualidad se ve al vampiro como un conjunto de jóvenes, de adolescentes atormentados y blandengues que parecen más bien arbolitos de navidad.
“Me refiero a los fantasmas de Crepúsculo, fantasmas adolescentes. Se ha lastimado un poco la imagen del fantasma, del vampiro, intentando acercar a la juventud con el mito del vampiro”.
De ahí que el actor optara por revivir al vampiro victoriano y advirtió que más allá de lo que representa como un ser sanguinario, la maldad está en el punto de vista o concepto de cada uno.
En la obra de teatro, Orgen LaVey deja en claro que más allá de lo que signifique un ser como Drácula, puede haber quienes defienden al personaje y otros que lo descalifiquen. Al final se debe de analizar la naturaleza del ser.
“Por ejemplo, él (vampiro) señala su necesidad de sobrevivir, de alguna manera sobrevivir porque sabemos que está muerto y estamos acostumbrados a ver que se alimenta de la sangre, para nosotros como espectador o lector puede ser asqueroso, pero para él es su naturaleza.
El mito del vampiro va más allá, expresa y enlaza las tradiciones de México con el tema, pues el significado y celebración de la muerte puede repercutir en la leyenda del no muerto.
“El vampiro no muere y no muere por muchas razones. La muerte en México se siente y ve de distinta manera, es que morimos tres veces.
“Morimos cuando nos damos cuenta, cuando nos enfrentamos a nuestro concepto de mortalidad, cuando nos damos cuenta de que vamos a morir o que somos mortales, esa es la primera vez que morimos.
“La segunda vez es cuando nuestro corazón deja de latir. Y la tercera vez es cuando dejan de repetir nuestro nombre. Cuando ya nos olvidaron.
En palabras del actor, Drácula no morirá nunca porque siguen repitiendo su nombre.
“Ese es un concepto del vampirismo, siguen mencionando a Drácula y sigue viviendo de mil maneras”.
Dentro de la obra se trata otro punto, el del amor. Varias novelas sobre vampiros tienen de fondo una relación amorosa, sin importar el género.
“Otro concepto es el del amor, o sea, el mito del vampiro nos enfrenta a un ritual o a una relación en la cual un ser está dispuesto a entregar hasta la última gota de su sangre a otro ser.
“Cuando alguien aprende este nivel de entrega, puede entender lo que es el amor. Y el amor es eterno, qué por eso el vampiro no muere porque su amor es eterno.
La figura del vampiro, del superhombre que se alimenta de otros seres, está reflejado en la historia, el mito del vampiro ha acompañado a la humanidad.
“La puesta en escena explora todos estos mitos, la figura del vampiro desde el punto de vista literario, del cine y desde el punto de vista cultural, pero acompañado de ilusiones visuales que solo se han visto en el cine y esta va a ser cada 28 de mes”.