Conversando

Lluvias 

Pese a que pudiera parecer que son muy prematuras las lluvias a estas alturas del año, todo parece indicar que llegaron para quedarse. 

Y es que el SMN pronosticó que la temporada de lluvias iniciaría en el mes de abril de 2022 y puede durar alrededor de seis meses, es decir, hasta septiembre u octubre. 

Si bien es cierto que en semanas pasadas hubo un sistema anticiclónico que dio estabilidad al clima y alejó las lluvias, todo apunta a que las precipitaciones llegaron para quedarse un rato y en buena medida en ello incide el cambio climático. 

El cambio climático se traduce simplemente como la variación global del clima de la Tierra debido a causas naturales, pero principalmente por la acción humana. 

Y es que la quema de combustibles fósiles, pérdida de bosques y otras actividades producidas en el ámbito industrial, agrícola y transporte, entre otros, termina con una retención del calor del Sol en la atmósfera, y con ello el aumento gradual pero constante de la temperatura en el planeta. 

Para evitar los gases de efecto invernadero (como carbono, óxido nitroso y el metano).

Actualmente muchos países encaminan esfuerzos a la generación de energías limpias y se someten a convenios como el Acuerdo de París, el cual tiene metas medibles para la erradicación de contaminantes en el mundo. 

Y es que de no ejecutar acciones concretas, nada se podrá hacer para evitar el deshielo de los polos en el Ártico y en la Antártida, un hecho totalmente demostrado por la comunidad científica internacional. 

Es por eso que los gobiernos del mundo juegan un papel clave para la erradicación del cambio climático, pues sus acciones definirán en gran medida el futuro del planeta. 

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Y es allí donde también debe tenerse una visión global y privilegiar las energías limpias de las que no lo son y las que se disfrazan para tratar de pasar como energías limpias. 

Y es que no es lo mismo generar energía a partir del sol o el viento, que con el agua, como se hace con la hidroelectricidad. 

El Gobierno federal está apostando por la generación de electricidad a partir de centrales hidroeléctricas.

Sin embargo, es una de las formas más cuestionadas para la generación de energías, pues realmente los embalses terminan por tener un impacto negativo en las localidades donde se construyen.

Además de que son productores de gas metano (uno de los principales gases de efecto invernadero), por la descomposición de materia en el fondo de los mismos. 

Cierto es que los mismos embalses pueden servir como reserva en época de sequía, pero la realidad es uno de los pocos “pros” que tiene la generación de electricidad a partir del agua que pasa por una turbina. 

Bien haría el Gobierno federal en tener una visión de futuro voltear a ver los parques solares y eólicos, pues la generación de energía a partir del sol y del viento no sólo es energía más limpia.

Sino a la larga, también termina siendo más barata, además de que son recursos infinitos. 

Claro, al principio la inversión será mucha, pero las condiciones climáticas de México son idóneas para la generación de energías limpias.

Además, es preferible hacer esa inversión pensando en el planeta, que mandar los miles de millones a reparar las plantas hidroeléctricas que hay en el país.  

Insisto, en juego está el futuro de nuestros hijos y del mundo. 

Twitter: campudia 


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