A los Amigos Invisibles sólo se les puede catalogar con tres palabras: son pura sabrosura, y es que Chulius, Catire y Mamel, desde que se suben a un escenario arman un sonoro reventón que hasta al que tiene dos pies izquierdos lo ponen a bailar.
Los Amigos Invisibles son pura sabrosura
Y es que al escucharlos y verlos en vivo parece como si fuera la primera vez que lo hicieran, ya que la energía que emana de sus instrumentos es tal que nadie se resiste a sus encantos.
Y es que según Catire (José Rafael Torres) Los Amigos Invisibles nacieron (Venezuela 1991) para la fiesta, para echar “desmadre” y pese a que llevan ya 30 años juntos no han perdido esa chispa que los hizo juntarse, sólo para divertirse y alegrar a los demás.
Y pese a los cambios de personal que han tenido durante su trayectoria, Los Amigos Invisibles han logrado que la gente los siga apoyando.
“Siempre está ese miedo, de ¿qué van a pensar o qué van a decir? Pero al final la gente siempre nos apoya y termina escuchando nuestra música.
Catire asegura que la banda mantiene su “inmadurez” gracias a que a la gente le agrada su sentido del humor
“Y la verdad es que se siente bonito que la gente siga apoyando nuestra inmadurez para nosotros poder seguir siendo lo que hemos sido todos estos años; porque la verdad el acercamiento a la música sigue siendo el mismo”, expresó.
Y es que la banda mantiene su ideología musical o base como el acid jazz, el funk, el house latino, obviamente con la evolución que estos tiempos requiere para sonar frescos en cada presentación.
Pero lo que más ha caracterizado a Los Amigos Invisibles a lo largo de los años es su sentido del humor, el cual es una referencia muy importante.
“Esta banda tiene un gran sentido del humor, no sólo en las letras, en los videos que hacemos, sino en el día a día.
“Cada vez que me encuentro con los chicos en el aeropuerto hasta que me despido, me estoy riendo todo el tiempo y eso es algo que tenemos y eso es. Son las ganas que tenemos, la intención y el propósito no han cambiado, sigue siendo igual a los 30 años.
La percepción de Catire con respecto al tiempo que lleva girando y tocando por todo el continente y más allá es que la banda vive un gran momento, pero sobre todo han conseguido la paz y la satisfacción de mantenerse fuertes, pese a lo que pasó hace unos años con la pandemia del Covid-19.
“La pandemia no nos aplastó y bueno, a mí igualmente me revolcó y me hizo básicamente resetear mi vida, podría decir que renací y hoy en día, y puedo hablar por todos los chicos, estamos y estoy disfrutando mi carrera más que nunca y eso se refleja arriba del escenario”, contó.
Hablando de lugares, lo que a ellos les importa más es seguir tocando, no detenerse, no importa si es en el mismo país, varias veces, sino tocar, seguir difundiendo su música.
“La verdad es que somos afortunados que aquí en la Ciudad de México podamos venir a tocar tantas veces y que la gente siga acudiendo y eso es lo más bonito.
“Y es que Los Amigos somos una banda a diferencia de otras que sólo piensan en que no van a tocar por un año porque quieren llenar el Metropólitan o no tocan en dos años y llenan el Auditorio y eso.
“Pero nosotros pensamos que así no son las cosas, porque nos estaríamos perdiendo la oportunidad de tocar, de hacer lo que hacemos, de lo que nos gusta, de lo que amamos. Entonces yo prefiero tocar ocho o 20 veces en Ciudad de México que hacer un Auditorio Nacional, porque me gusta tocar y ver que la gente se conecte con lo que hacemos”, aseguró.
Es por ello que Los Amigos Invisibles regresan a La Maraka este 27 de enero para “Ponerte en Cuatro”, hacerte “Cuchi-Cuchi” y que te sientas “Sexy” mientras te llenas de pura sabrosura.
Los boletos ya están a la venta a través de Ticketmaster o en la taquilla del recinto de la Narvarte.