El consejo municipal de Los Ángeles, la segunda ciudad más grande de Estados Unidos, aprobó por unanimidad declarar a la ciudad como santuario para migrantes. Esta decisión llega en un contexto de preparación por parte de jurisdicciones liberales ante el retorno de Donald Trump a la presidencia, previsto para el 20 de enero.
La nueva ordenanza prohíbe que se utilicen recursos o personal de la ciudad para implementar las leyes migratorias federales. Esta medida refleja un rechazo claro a las políticas de línea dura prometidas por el republicano, quien ha nominado a figuras estrictas en materia migratoria para su gabinete, lo que augura una posible ola de deportaciones masivas de indocumentados.
Barreras frente al nuevo gobierno de Trump
Los gobiernos estatales y locales de tendencia liberal, con California a la cabeza, están tomando medidas para contrarrestar lo que consideran posibles excesos de la administración de Trump. La declaración de santuario en Los Ángeles entrará en vigor 10 días después de ser promulgada por la alcaldesa Karen Bass, gracias a una cláusula de urgencia aprobada por los concejales.
Sin embargo, la medida no ha estado exenta de controversias. La filial del Partido Republicano en Los Ángeles criticó la decisión, argumentando que favorece a personas que ingresaron al país de manera ilegal y que podrían haber cometido otros delitos.
Preocupación en el sector agrícola
Mientras tanto, trabajadores agrícolas de California han manifestado su preocupación por las amenazas de deportaciones masivas. Según el diario La Opinión, cerca del 50 % de los trabajadores del campo en el estado son indocumentados, lo que equivale a aproximadamente 200 mil personas.
Los productores agrícolas advierten que una expulsión masiva de migrantes podría causar un colapso en el sistema alimentario de Estados Unidos, que ya enfrenta escasez de mano de obra. California, que produce más de un tercio de las verduras y tres cuartas partes de las frutas y frutos secos del país, depende en gran medida de la fuerza laboral migrante para sostener su economía agrícola.
Esta declaración de santuario no solo es un mensaje político contra las políticas de Trump, sino también un intento de proteger a una población clave para la economía de la región y la estabilidad alimentaria del país.
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