En la última década, con la llegada en su momento a la presidencia de los Estados Unidos de Donald Trump y su política y narrativa antiinmigrante, las acciones del gobierno norteamericano y por consecuencia el mexicano dieron un giro extremo desde la administración del presidente Enrique Peña Nieto y han continuado con Andrés Manuel López Obrador, con la posibilidad muy seria de que Trump pueda volver a ser presidente del vecino país del Norte.
Estas acciones generaron, que la “delincuencia organizada en el tráfico de personas”, que operan en todo el mundo, generarán alianzas para esos miles de migrantes que vienen de lugares tan remotos como África, sin mencionar la gran oleada de venezolanos, haitianos, jamaiquinos, centroamericanos y mexicanos, quienes recorren México, para llegar a Norteamérica, lo deben hacer ahora a través de los denominados “Carteles”.
Gloria Chávez, jefa de la Border Patrol en el sector de Valle del Río Grande, Texas, asegura que el crimen organizado es el que determina por dónde y cuántos migrantes sin documentos cruzan cada día la frontera sur estadounidense.
“Muchas organizaciones criminales o cárteles utilizan esa frontera y deciden a dónde enviar el flujo migratorio”, expone en la sede de la Patrulla Fronteriza texana, durante un encuentro con periodistas de distintos países de Latinoamérica y subraya que “los cárteles son los que manejan el flujo migratorio”.
En los últimos tres años se ha elevado el número de migrantes que cruzan la frontera sur.
“Este año estamos detectando un alto flujo migratorio por los estados de Arizona y California, aquí en Texas se ha normalizado un poco”, expone Chávez. “Nosotros a diario estamos deteniendo a unas 250 personas, ya no son las 2 mil que teníamos cada día hasta hace unos meses”, agrega. “Ha disminuido muchísimo la cifra migratoria aquí, ahora están en otras regiones”.
Soto señala que los cárteles utilizan a las caravanas para que las autoridades estén ocupadas en ciertos puntos de la frontera, mientras utilizan las zonas que quedan libres para pasar a otros migrantes o drogas.
Como toda actividad comercial, si tienes el dinero que te piden los delincuentes, llegarás a tu destino, de lo contrario, como se ha documentado públicamente secuestran a grupos completos y hacen que sus familias desde sus lugares de origen manden dinero por su rescate que es muy variable desde los mil a cinco mil dólares por persona, para que puedan continuar su camino.
En otro de los escenarios, los integran a los grupos delictivos y los hacen trabajar para ellos, como “mulas” para llevar droga o “sicarios” para enfrentar a los grupos adversarios.
La migración en México es una verdadera tragedia, nadie deja su país de origen porque quiera y mucho menos se aventura a dejar todo, por la esperanza de un mejor nivel de vida, falta mucha coordinación y sensibilidad del personal del Instituto Nacional de migración y mucha política de la secretaría de Relaciones Exteriores con todos los países que están viviendo estas caravanas de terror que pasan por México, para ver por los derechos humanos de esta población totalmente desamparada.