El diez de mayo ya no es lo mismo para las madres de víctimas de feminicidio y no lo será más, no desde que algún sujeto les arrebató la vida a sus hijas, no desde que fueron revictimizadas sus memorias y sus familias; para ellas el dueño es permanente, igual que su lucha por conseguir el castigo para los agresores.
Gloria Reyes, María Gómez y Lucía Galindo, son madres de tres de las más de 860 mujeres víctimas de feminicidio, que se contabilizaron 2015 a 2022 en el Estado de México, según el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, además de los 21 casos más registrados de enero a abril de este año.
Madres de víctimas de feminicidio y su duelo en 10 de mayo
El 30 de marzo de 2019, Gloria Reyes recibió la llamada de su hija Salma, quien le avisó que acababa de ser atropellada intencionalmente por el chofer de un autobús de transporte público con quién había discutido por un lugar de estacionamiento, en el municipio de Tlalmanalco. Dos días después Salma murió en el hospital a causa de las lesiones internas que tuvo.
Han transcurrido cuatro años del crimen y doña Gloria sigue luchando para que Ricardo “N”, el agresor, quien fue detenido y permanece en prisión preventiva, sea sentenciado por el asesinato y por si fuera poco tuvo que cambiar de domicilio por las constantes amenzas de la familia del presunto feminicida.
“Es muy revictimizante para nosotros, es muy triste ver a nuestras autoridades del Estado de México nos revictimizan una y otra vez, revictimizan la digna memoria de mi hija”, declaró en la audiencia más reciente, que fue pospuesta en los juzgados adjuntos al Centro Penitenciario y de Reinserción Social de Huitzilzingo, Chalco, por séptima ocasión debido a que no se presentó el agente del Ministerio Público.
María Gómez, madre de Magda, asesinada hace 5 años dentro de su departamento en el municipio de Nezahualcóyotl, recibió hace mes y medio la notificación de la Fiscalía mexiquense, de que Oscar “N” expareja sentimental de su hija y principal sospechoso del feminicidio había sido detenido.
Al término de la audiencia inicial pidió justicia para su Magda, una joven enfermera “que le gustaba mucho ayudar a su prójimo, una niña ejemplar que me ha dejado un gran vacío”.
Hoy doña María pide al juez que lleva el caso que “en su sabiduría haga justicia y que las autoridades se pongan la mano en el corazón y que hagan su trabajo, que a todos esos agresores ya no los dejen salir porque van a volver a hacer lo mismo en este caso fue mi hija pero luego puede ser alguien más y lo que queremos es evitar el dolor porque no solo acaban con una vida, deshacen a una familia y es muy duro vivir con este dolor”.
A Lucia Galindo le cambió la vida una noche de junio de 2021, cuando descubrió el cuerpo de su hija Claudia dentro de su casa, en la colonia El Pino de Los Reyes La Paz, con huellas de asfixia.
Estás mujeres aún buscan justicia para sus hijas
Un par de horas antes vio entrar al domicilio a Rodrigo “N” pareja sentimental de Claudia y aunque sabía que tenían conflictos nunca imaginó que él se atrevía a quitarle la vida.
“Sí tenía problemas mi hija, pero no nos decía porque no nos quería preocupar a nosotros sus padres, pero nos dábamos cuenta porque le pegaba, él le pegaba a mi hija, supimos que él estuvo esa noche con ella, yo lo vi entrar, pero como el tenía llave de la casa y todavía estaba con ella, pues no se me hizo raro que entrara porque si yo supiera lo que iba a pasar no lo dejo entrar, pero pues nunca me imaginé lo que fuera hacer esa noche”, recuerda.
“Yo exijo justicia para mi hija, que se aplique la ley a Rodrigo, porque ya se me hizo muy largo el proceso, ya van a ser dos años del crimen y todavía no le dan sentencia, yo lo que pido que sea la pena máxima”.
En su caso la audiencia del pasado lunes se reprogramó para el próximo 27 de mayo porque el perito en psicología que participó en la investigación ya no trabaja en la Fiscalía General de Justicia del Estado de México por lo que la instancia proporcionó al abogado de la familia de Claudia los datos para localizarlo y pedirle que se presente a declarar.
Estas tres mujeres, madres de familia tienen algo en común: las tres mantienen la fuerza necesaria para soportar tristeza, rabia, impotencia y el gran vacío que les dejaron sus hijas para buscar justicia y que se castigue a quienes no sólo les arrebataron a sus hijas, sino que dañaron a sus familias, para ellas, el 10 de mayo no es igual sin sus hijas.
SPM