La zona de Reserva Estatal del Espíritu Santo, en Jilotzingo está siendo amenazada por la Mancha urbana, apenas cortaron 50 árboles de encino de más de 40 años en el parque estatal que cuenta con 234 hectáreas y la zona donde cortaron los árboles es una hectárea, donde al parecer pretenden construir un hotel o algún club deportivo, según lo que dicen los lugareños.
“Ya no estamos en condiciones de perder mayor superficie forestal, porque esto significará, con el tiempo, que ya no haya suficiente agua para los que vivimos en la región”, afirmó Miguel Miramontes Lira, integrante del Colectivo de Ecologistas del Valle de México.
Lo cierto, explicó, es que no se debe permitir que empiecen a construir en las zonas catalogadas cómo bosques de agua, porque los problemas de escasez de agua serían más severos. El pasado 3 de abril, destacó, fueron sorprendidos 2 cuadrillas de trabajadores talando árboles en la zona de la reserva del Espíritu Santo.
Amenaza al bosque reserva forestal de Jilotzingo
El artículo 418 del Código Penal federal establece como delito federal destruir vegetación, talar árboles y cambiar el uso del suelo forestal. Las sanciones son de 6 a 9 años de prisión y una multa económica, aumentando la pena en caso de realizarse en un área natural protegida.
Miramontes Lira destacó que supuestamente existe un permiso autorizado por el municipio, pero eso no puede suceder, cuando se trata de una zona natural protegida. Reconoció que es solo una hectárea afectada, pues al parecer quieren construir algo no muy grande, pero empezando a talar y destruir, es un hecho que continuarán hasta desaparecer la reserva
Explicó que los ejidatarios siguen intentando vender las hectáreas de ese territorio y el interés inmobiliario por la cercanía con la zona Esmeralda es muy fuerte. Es muy importante esta reserva en cuanto la a biodiversidad que tiene y no se debe permitir el cambio de uso del suelo, destacó.
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El interés inmobiliario es fuerte en la zona
Reconoció que el 75 por ciento del territorio del Jilotzingo es bosque y toda la zona es súper importante, porque es de captación pluvial y sirve para la recarga de los mantos acuíferos de la Ciudad de México.
Relató que todo empezó desde Naucalpan, Huixquilucan y ya se acabaron una parte importante de los Bosques y el que sigue es Jilotzingo.
“Ya no estamos en condiciones de perder mayor superficie forestal, porque esto significará con el tiempo que ya no haya suficiente agua para los que vivimos en la región. El Bosque de Agua es una región de seguridad nacional, hídrica, de diversidad, cultura y conocimiento tradicional, por lo que no se debe permitir que se pierda más superficie”, finalizó.
TAR