En la ciencia mexicana, Miguel Alcubierre Moya es uno de los hombres que, además de ser un científico notable, es identificado en el mundo por proponer un modelo teórico para viajar más rápido que la luz.
Miguel Alcubierre planteó un modelo teórico, del que afirma conocer las limitaciones, así como realidades de cada idea, que generó polémica
Alcubierre es una de las grandes mentes contemporáneas en México que ha dedicado su vida a desentrañar los misterios del universo, desde la relatividad general, al investigar agujeros negros y ondas gravitacionales.
Detrás de la figura científica hay una historia marcada por la curiosidad insaciable, un amor temprano por las estrellas y un firme arraigo a sus raíces universitarias.
Alcubierre Moya fue galardonado con la Medalla Pro-Conciencia 2024-2025, un reconocimiento otorgado por la Asociación Mundial Pro-Conciencia.
Los descubrimientos
“Desde la primaria mi materia favorita eran las matemáticas. Era la materia que, desde mi punto de vista, era la más fácil de todas, porque nada más había que pensar un poquito y salía, mientras que en las otras había que aprenderse cosas de memoria”, expuso.
Recuerda la transición entre la niñez y juventud, no como un acto de desarrollo humano, sino como la pasión y perfilamiento hacia sus intereses.
“Ya en la secundaria, cuando empecé a aprender un poco más de física y de química, me gustó. En realidad lo que más me gustó, aunque no lo llevé en la escuela, fue la astronomía”, recordó.
Ese interés por los cielos no tardó en convertirse en una pasión. En su adolescencia, Miguel comenzó a leer libros de divulgación científica que encontraba en bibliotecas.
“Empecé a leer libros de divulgación de la astronomía desde que tenía unos 13 o 14 años. Lo encontré en la biblioteca y entonces leí sobre la estructura de las estrellas y las galaxias, el origen de la tierra, etc. Eso me gustó mucho”, mencionó.
Al cumplir 15 años, su pasión recibió un impulso cuando su padre le regaló un telescopio de cuatro pulgadas, con el que salía por las noches a ver las estrellas, la luna y los planetas. Aunado a ello, la ciencia ficción también jugó un papel importante en su formación.
“En esa época empecé a leer, por mi cuenta, libros de ciencia ficción y eso me llamó mucho la atención. Empecé a leer libros de divulgación de Isaac Asimov, que no solo escribía ciencia ficción, y ahí hablaba de las estrellas, neutrones, agujeros negros, de la historia de la astronomía. Leí a Carl Sagan, cuando salió la serie Cosmos en 1980; vi la serie en televisión pero también conseguí el libro”, comentó.
Ese cúmulo de influencias lo llevó a decidir durante el bachillerato y trazaría el camino. “Decidí que quería ser astrónomo. Nada más que cuando comencé a preguntar me di cuenta de que la carrera no existe. Lo que existe es la carrera de física; todos los astrónomos primero son físicos y entonces decidí que quería estudiar física. Ahora no soy astrónomo, pero digamos que ese fue el camino por el cual me acerqué a la física teórica”, señaló.
La elección de universidad no fue difícil. “Yo entré a la carrera en la Facultad de Ciencias de la UNAM, siempre he sido puma, ahí nunca hubo duda. En mi casa siempre era clarísimo que si queríamos estudiar una carrera universitaria tenía que ser en la UNAM. Las demás no existían, desde nuestro punto de vista (entre risas). Ninguno de mis papás tuvo la oportunidad de hacer una carrera universitaria, pero a los dos les quedaba claro que a la escuela a la que íbamos a ir sus hijos era esa”, compartió orgulloso.
Gracias a la Teoría de la relatividad
La carrera de Miguel Alcubierre, marcada por su profunda curiosidad científica, tuvo un punto de inflexión cuando comenzó a adentrarse en la física avanzada durante sus estudios universitarios en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Fue ahí donde su fascinación por la física teórica encontró un propósito claro.
“Ahí sí ya me acerqué a la física de verdad, a las matemáticas complicadas, empecé a aprender mecánica cuántica”, relató.
El siguiente paso en su trayectoria fue el doctorado, una decisión que lo llevó más allá de las fronteras de México.
“Decidí que quería hacer un doctorado en relatividad general, pero sí tenía ganas de salir del país porque también existía la posibilidad de obtener becas. La oportunidad que se presentó fue hacer un doctorado en el Reino Unido, en la Universidad de Gales, en la ciudad de Cardiff, y el doctorado lo hice en la relatividad general, estudiando agujeros negros y en particular haciendo simulaciones computacionales”, mencionó.
Durante los seis años que vivió en Reino Unido, Alcubierre no solo profundizó en sus estudios, sino que experimentó de cerca la diversidad cultural y la colaboración internacional que caracteriza al mundo científico.
“La cultura británica me pareció interesante y me adapté fácilmente. También una cosa que aprendí estando allí es que la ciencia es muy internacional. Yo tenía compañeros de muchas partes del mundo. Las diferencias culturales son mínimas en realidad, y lo que nos acerca es mucho más que lo que nos separa”, reflexionó.
Entre mitos y verdades de viajar más rápido que la luz
Fue durante su estancia en Cardiff que Miguel Alcubierre creó el modelo que lo catapultó al reconocimiento mundial por parte del público en general.
Fue a través de la Teoría de la relatividad que creó un modelo teórico para viajar más rápido que la luz.
“Hay que aclarar que yo no hice una teoría. Yo presenté un modelo dentro de la teoría de la relatividad general, que en principio tal vez permitiría viajar más rápido que la luz. Está basado en el hecho de que la relatividad general nos dice que el espacio-tiempo se puede deformar, se puede curvar. La gravedad es una deformación de la geometría, del espacio y del flujo del tiempo; eso lo sabemos, es una teoría establecida hace 100 años, en 1915, por Albert Einstein”, señaló.
Inspirado por una serie de televisión, Alcubierre encontró la chispa que encendería su idea.
“La idea me llegó de golpe. Veía un programa de televisión; Viaje a las Estrellas: La Nueva Generación. En este programa utilizan naves que dicen que viajan más rápido que la luz, pero nunca explican cómo funciona. Pensé que a lo mejor habría una manera de generar una distinción y me acordé de la expansión del universo. Las matemáticas de un modelo sencillo me tomaron un par de horas. Al otro día y luego fui refinándolas durante dos o tres semanas. El artículo tiene cinco páginas y, de hecho, una buena parte de las matemáticas la hice utilizando un paquete de cómputo de algebra”, explicó.
El modelo teórico, publicado en 1994mientras realizaba su doctorado, planteaba la posibilidad de deformar el espacio-tiempo para permitir un movimiento más rápido que la luz, sin violar las leyes de la relatividad general.
“La idea que se me ocurrió fue: ¿qué tal si, en lugar de pensar que se expande todo el universo, de alguna manera pudiéramos lograr una pequeña expansión detrás de una nave espacial y que al mismo tiempo, al frente, se comprima para comenzar? Esto haría que la nave se aleje de lo que le queda atrás y se acerque a lo que le quede enfrente. Y eso, en teoría, se podría hacer más rápido que la luz”, puntualizó.
El doctor aclaró que solo fue una idea que no puede ser aplicable y que no es el epicentro de sus trabajos científicos, pues tras 60 artículos publicados sólo ese abordó el tema a pesar de las afirmaciones falsas que han girado en torno a ello.
“Es una idea simplemente de una deformación que, en principio, podría hacerse al espacio. Luego la gente piensa que yo diseñé una nave espacial. Tampoco inventé un motor, pero hoy tengo escritos 60 artículos científicos y ese ha sido el único avance sobre el tema”, señaló.
Aunque el modelo teórico que planteó Miguel Alcubierre sobre viajar más rápido que la luz lo convirtió en un nombre reconocido en el mundo, el científico es claro sobre sus limitaciones y la realidad detrás de su idea, toda vez que se han generado noticias falsas de la investigación.
“La NASA no se ha involucrado, eso es falso. No hay ningún desarrollo tecnológico al respecto, ni nadie que lo esté intentando hacer. Hay una persona que dice que trabajaba en la NASA y que, según, había hecho algunos desarrollos, pero ni siquiera hay una publicación de esta persona”, comentó.
Alcubierre explicó que su propuesta sigue siendo un ejercicio teórico, señala que la reacción masiva a su modelo vino principalmente del público general y no de la comunidad científica.
“Esto es una cosa meramente teórica y no hay ninguna aplicación práctica todavía. Se requerirían cosas que no existen todavía como energía negativa, y eso no existe en la naturaleza. Y si existiera, se necesitaría convertir 60 veces el planeta Júpiter en energía negativa para poder mover una nave del tamaño de un avión a la velocidad de la luz”, enfatizó.
PAT
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