Las Hermanas del Valle son monjas que venden marihuana y llevan sus hábitos bien puestos, pero, al mismo tiempo, se desmarcan de cualquier religión.
Se trata de una comunidad de mujeres guiadas por la misma misión.
Afirman que su movimiento nace en la edad media en Europa, principalmente Bélgica donde vivieron alejadas de la sociedad , tratando de independizarse de la opresión económica y religiosa de su tiempo.
Monjas venden marihuana para el mundo
Al vivir en comunidad expresan que son ellas mismas quienes crean sus propias reglas y costumbres, de talmanera que en la actualidad retoman y reconocen la sabiduría ancestral, al tiempo que se apegan a los ciclos naturales como el lunar.
Así es como nace una hermandad dedicada al negocio del Cannabis en California.
Cabe mencionar que dentro de la comunidad se encuentran Luna y Camila, las dos primeras monjas mexicanas que se adhieren al grupo y las primeras provenientes de un país latinoamericano.
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Hoy en día son una marca reconocida mundialmente por su labor y calidad en productos.
¿Qué venden?
Entre los productos que ofrecen estás hermanas se encuentras hierbas de olor, palo santo, café de hongos, saumerio y un sin fin de derivados de la marihuana que no precisamente sean de uso ilegal.
Con aceite de coco y otros elementos, las hermanas elaboran un ungüento con base en el componente no psicoactivo del cannabis, el cannabidiol (CBD), que distribuyen por correo postal a clientes de todo el mundo.
Insisten en que sus productos no contienen tetrahidrocannabinol (THC) el principal constituyente psicoactivo del cannabis, responsable de las alucinaciones.
Cabe mencionar que para California, el consumo de cannabis con fines medicinales no es reciente, se trata de una industria de varios años, pues desde 1996 se ha regulado este tipo de consumo, sin embargo, los permisos para su uso recreativo se logró de hace unos cuantos meses.
¿Qué pasa con México y el uso de la marihuana?
En México vivimos bajo otro contexto, hasta la fecha legisladores aún evalúan la posible legalización de las drogas, un mercado que se mantiene bajo la sombra de lo ilegal, pese a las propiedades reconocidas de la planta.
Mientras tanto, las Hermanas Luna y Camila siguen con el negocio desde Estados Unidos, con los rituales de luna llena, con los hábitos puestos, con las selfies y con las redes sociales haciéndolas virales.
SPM
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