Por Filiberto Gallardo Castañeda

La historia siempre nos ofrece lecciones. A veces las tomamos en cuenta, las más de las ocasiones las ignoramos por conveniencia. Mire, si nos asomamos un poco al espectro político nos daremos cuenta que morena está reproduciendo actitudes que, en su momento y guardando las distancias comparativas, vivió el PRD.
Hay que recordar que el Partido de la Revolución Democrática surge como una expresión de descontento al interior del PRI, por la cerrazón, autoritarismo y falta de democracia al interior del partido.
Para crecer no dudaron en llamar a todas las organizaciones políticas que andaban sueltas y a los grupos de izquierda. Esa fue, justamente, la connotación que le dieron. Un partido de izquierda fuerte, que tanta falta le hacía al país.
Luego de la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, abanderado por el Frente Democrático Nacional, fue creado el PRD y nadie se imaginaba la fuerza y el poder que concentraría en tan poco tiempo.
En 1997 arrasó en las elecciones federales gracias a la presencia, nuevamente, de Cuauhtémoc Cárdenas en las boletas electorales. A partir de ese año el PRD entró en una serie de procesos internos desgastantes, pues los grupos que le habían dado forma, terminaron peleando las posiciones de poder al interior del partido y las candidaturas.
Conforme pasaron los años, fueron más marcadas las grietas entre los grupos que peleaban el control del partido y así llegamos al 2 de octubre de 2011 cuando Andrés Manuel López Obrador decide crear el Movimiento de Regeneración Nacional, todavía como parte del PRD.
En 2012 morena participa como organización adherida al PRD en las elecciones federales que llevaron nuevamente a Andrés Manuel a buscar la presidencia del partido.
El 20 de noviembre de 2012 morena se constituye como asociación civil y el 8 de julio de 2012 el INE le otorga su registro como partido político.
Hasta las elecciones de 2018, morena actúa como una organización monolítica en torno a su creador. Dos años después, el partido creado por el presidente de la República empieza a manifestar la misma enfermedad que terminó matando al PRD.
La lucha por el poder y por las candidaturas ha sido feroz. La disputa entre Mario Delgado y Porfirio Muñoz Ledo será un tema que dará para discutir durante muchos años.
La elección este año de 15 gobernadores, el Congreso Federal y en algunas entidades, como el nuestro, de diputados locales y ayuntamientos, ha dado motivo a fuertes desencuentros entre los actores políticos que se sienten con merecimientos para ser candidatos y otros que han recibido el apoyo del Presidente de la República.
En morena no han querido ver el ejemplo de vida del PRD y van derecho a repetir las mismas fórmulas que tanto daño le hicieron y que casi logran su desaparición.
Se advierte que en morena hace falta la conducción y la mano firme de Andrés Manuel, pero el presidente ha querido, por lo menos en apariencia, dejarles las manos libres. A ver si tal libertad no termina dañando al partido.


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