Por Alejandra Reyes
La Asociación de Empresarios y Ciudadanos del Estado de México (ASECEM), que preside Raúl Chaparro, dio a conocer que han cerrado alrededor de 20 por ciento de las empresas que se encuentran en los parques industriales por problemas multifactoriales, entre ellas la crisis económica derivada de la pandemia por el Covid-19.
Además, muchas de las micro y pequeñas empresas no han sobrevivido al impacto generado por la suspensión de actividades productivas.
Al respecto, el empresario Eduardo Melo, de Naucalpan, destacó que muchos abandonan la Zona Metropolitana por el alto precio de terrenos y de la construcción, por ende, el valor catastral, así como el pago del impuesto predial, rentas y agua.
Agregó que los sueldos de los obreros tienden al alza. Por ejemplo, la gente de Nicolás Romero hace el mismo trabajo por la mitad de dinero que ganaría si lo hiciera en Atizapán. Lo mismo sucede por los derechos de licencias; el incremento de regulaciones como el uso de suelo, normas sanitarias, ambientales y de protección civil.
Eduardo Melo enfatizó que una nave industrial en los parques tradicionales puede tener alguno de estos futuros:
1. Las transnacionales y grandes empresas nacionales se mantienen.
2. Las PYMES quiebran y cierran en sus primeros 5 años de vida.
3. Las pequeñas o medianas se cambian a municipios no industrializados para reducir gastos y sueldos.
4. Las empresas que llegan usan las naves, no como fábricas sino como almacenes de productos terminados o importaciones, o centros de distribución empleando un mínimo de personas.
Además, señaló el empresario, la falta de políticas públicas que incentiven el fomento y desarrollo industrial, porque difícilmente un producto fabricado en México podrá competir con uno hecho en Estados Unidos o Canadá. En esos países, agregó, hay certeza jurídica, el IVA es de 7 por ciento, la gasolina es más barata, hay seguridad y no se pagan mordidas, ni derecho de piso, la educación gratuita es de calidad, la misma justicia para todos, servicios públicos de calidad, no hay sindicatos extorsionando con ley en mano, autopistas y vías rápidas a precios muy accesibles.
Melo reconoció que en esos países afectar a una PYME es afectar a la nación, por eso es que empresas que empezaron en un garaje sin uso del suelo, sin licencia y sin pagar impuestos como Microsoft, Apple, Amazon, Harley Davison, Disney, Ford, etc. pueden llegar a ser mundiales y generar ventas que se acercan al 100 por ciento del PIB de muchos países en vías de desarrollo.
En el Estado de México, explicó Raúl Chaparro, se paga impuestos hasta por dar empleo, además de que hay que sacar un absurdo permiso de carga y descarga, aún y cuando los parques industriales están hechos para eso.
La Secretaria de Economía y la de Hacienda son pasivas al desarrollo de las empresas, dijo, a pesar de que los empresarios somos generadores de los empleos, mientras que los bancos pagan una miseria de intereses y sin embargo, cobran altos intereses, más comisiones y seguros de vida abusivos, finalizó Chaparro.
Desde el punto de vista del empresario, “las MIPyMES”, deberían de ser un tema de seguridad nacional.
La contingencia fue severa con el sector: Consejo Coordinador Empresarial Edomex
Laura González Hernández, presidenta del Consejo Coordinador Empresarial del Estado de México (CCEM), sostuvo que la contingencia por Covid-19 fue muy dura para empresarios mexiquenses, ya que uno de cada 5 negocios cerró sus puertas para no volver a abrirlas, en tanto que en el mismo periodo nacieron apenas 14.03 por ciento de nuevas empresas.
Con datos del INEGI, la líder de los empresarios mexiquenses detalló que ese cierre de negocios significó que 15.38 por ciento del personal ocupado se quedara sin actividad productiva, impactando de forma negativa a su ingreso familiar.
González Hernández manifestó que la mayor política de apoyo que las empresas requieren está relacionada con tener fuentes de financiamiento disponible en el corto plazo, incentivos, así como la ágil apertura de nuevas unidades económicas, “porque si bien muchas empresas cerraron, hay otras que tuvieron que reinventarse y cambiar de giro”.
Indicó que muchas compañías que continúan en operación tuvieron que prescindir de algunos de sus empleados y de servicios, lo cual les permitió seguir vigentes y con el paso del tiempo, tratar de incrementar su actividad para ofrecer mayores fuentes de empleo.
Explicó que, según el INEGI, ante la contingencia sanitaria, las empresas ya adoptaron como permanentes nuevas medidas de trabajo como el “Home Office”, aplicado por 44.8% de grandes empresas, 19% de pymes y 11.2% de microempresas, de igual manera, han buscado diversificación en sus cadenas de suministro 23% de las grandes empresas y 10.7% de medianas, así como 7.4% de microempresas.
El Estudio sobre Demografía de los Negocios 2020 del INEGI muestra que 17 meses después de concluido el Censo Económico levantado en 2019, el Estado de México presenta una mortandad de negocios de 21.27%.
No tienen recursos ni para pagar las rentas
Gloria Jacob, dueña de naves industriales en la zona de Alce Blanco, Naucalpan, dijo que el año pasado fue muy difícil para los empresarios, porque por la crisis económica que causó la pandemia tuvo que hacer descuentos en las rentas hasta del 50 por ciento e incluso, hubo una ocasión que uno de sus inquilinos sólo tenía 6 mil pesos para pagar la mensualidad.
“A los empresarios que somos generadores de trabajo nadie nos apoya, nos quieren cobrar todo, al grado de que los impuestos nos quitan 33% de nuestros ingresos netos”, dijo la empresaria.
Agregó que los gobiernos municipales cobran impuestos para todo, Protección Civil, licencias de funcionamiento y no mejoran los servicios que prestan, como pavimentación, banquetas y drenaje, entre otros.
Las autoridades dicen que protegen a los pobres y les brindan apoyos, pero no hay ayuda a los empresarios y quieren que todo salga de nosotros; no nos ayudan con créditos o financiamientos. “Nosotros toda la vida hemos pagado impuestos; todos los recursos, los generamos quienes pagamos impuestos”, señaló Jacob.
Comentó que las veces que ha recorrido diferentes zonas industriales y plazas comerciales, “por todos lados vemos establecimientos cerrados que no resistieron la presión económica y eso es muy lamentable, porque no se sabe cuándo mejorará la economía de nuestro estado y de nuestro país”.
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