La pandemia dejó una huella profunda en la salud pública, y uno de los efectos más alarmantes es el aumento del 30 por ciento en la muerte materna. Yuliana Gabriela Román Sánchez, investigadora del Centro de Investigación Aplicada para el Desarrollo Social (CIADES) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), desarrolló un estudio buscando reducir el riesgo.
Román Sánchez junto con Alejandro Martínez Espinosa, llevó a cabo un exhaustivo estudio titulado “Muerte materna en México: desde el idealismo del desarrollo”. Su objetivo principal fue identificar las variables que contribuyen a esta problemática social.
La investigación, que duró año y medio, culminó con la publicación de un artículo académico en la “Revista Academia y Negocios” de la Universidad de Concepción, en Chile. En él se analizó la relación entre la razón de muerte materna y 40 variables categorizadas.
“La muerte materna es el número de defunciones que ocurren estando embarazadas, en el parto o el puerperio por cada 100 mil nacidos vivos. El objetivo es analizar la relación entre la muerte materna y las variables que influyen para determinar ese nivel.
“Se utilizaron variables de salud, de escolaridad, sobre los bienes en la vivienda y laborales. En dos se encontró que existe relación, uno es la escolaridad y otro es la condición posparto”, mencionó Román Sánchez.
Muertes maternas aumentan 30% en México: UAEMéx
Detalló que uno de los hallazgos más destacados fue la “falta de revisión posparto”, identificada como una de las principales causas de la mortalidad materna. Se estima que incrementar estas revisiones podría reducir la tasa de mortalidad materna en un 15 por ciento. Además, la Ciudad de México fue señalada como la entidad con más casos registrados a nivel nacional.
“Llegamos a la conclusión de que la revisión posparto de las mujeres puede reducir la muerte materna en el país. La Ciudad de México sobresalió como una de las entidades que registró mayor número de muertes maternas y se debe reducir el número de defunciones de mujeres.
“No es posible que, estando en una condición de embarazo, una mujer tenga que fallecer, es algo inaceptable”, apuntó.
Román Sánchez resaltó que entre 1990 y 2019 hubo una reducción de 70 por ciento en las muertes maternas. No obstante, la pandemia y el confinamiento interrumpieron esta tendencia positiva, provocando un aumento del 30 por ciento, afectando especialmente a las jóvenes.
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Asegurar revisiones posparto
La investigadora subrayó que la muerte materna es un problema social que requiere abordarse tanto desde el ámbito familiar como institucional.
“Las instituciones de Salud deben implementar acciones para el cuidado de los recién nacidos y asegurar revisiones posparto adecuadas”, dijo.
Además, advirtió que esta situación puede desencadenar otros problemas sociales, como el rezago educativo y la violencia, demandando una atención inmediata para alcanzar las metas de la Agenda 2030.
“El papel de las mujeres en la ciencia no solo es importante sino indispensable, la ciencia la hemos construido tanto hombres como mujeres y debemos seguir investigando este tema, todavía hay muchas preguntas que contestar para mejorar las condiciones de vida”, concluyó.
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TAR