Hugo Roberto Rojas Silva

Nadie aprecia lo que no conoce

Mucho, y por largo tiempo, se ha discutido sobre la necesidad de contar con los recursos suficientes para que la operación de los prestadores de los servicios de agua y saneamiento del país sea sostenible.

Incluso en los foros internacionales es ya una exigencia que se tomen acciones de inmediato.

Sin embargo, para los ciudadanos que no estamos tan familiarizados con estos temas, lo único y más importante es recibir un servicio de calidad.

Si no se cuenta con el agua, por supuesto que se señala y se identifica a “la autoridad” como la responsable; sin embargo, pocas veces nos cuestionamos como sociedad, cuál es nuestra responsabilidad en todo esto.

Claro, se necesita una mayor fortaleza institucional para contar con padrones de usuarios actualizados y confiables.

Se requiere tener un sistema comercial que organice y brinde certeza a un correcto sistema de facturación que permita realizar análisis de nuestros usuarios.

Y, sin lugar a dudas, también es indispensable tener un proceso de medición de las fuentes y del consumo del agua para poder planear de mejor manera la distribución de los recursos.

Pero no solo es necesario conocer la información de los usuarios para tomar decisiones en la gestión y administración del agua.

Igual de importante es tener una base de datos actualizada sobre los prestadores de los servicios de agua potable y saneamiento.

Para conocer de primera mano las condiciones de su infraestructura, tener los mapas de las redes de distribución y recolección, calidad del agua que obtienen y de la que se entrega, así como la cantidad de agua residual que es tratada y la que se devuelve a la naturaleza.

Debemos ser conscientes de cuál es el costo de producción del agua, desconocemos el precio del metro cúbico del líquido cuando se obtiene de una fuente subterránea, de una fuente superficial.

¿Cuánto cuesta desalar el agua de mar?, ¿cuánto se invierte para potabilizarla?

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Nos falta el precio de los análisis de laboratorio para conocer si tiene elementos tóxicos, añadir el costo de la distribución con los bombeos necesarios para que llegue con la presión suficiente que requieren los usuarios.

Hay que añadir las inversiones para el sistema de medición de los consumos, el de la recolección de aguas residuales y su reutilización, el precio del tratamiento para cumplir con las normas vigentes…

¿Sin esta información, cómo podemos determinar la estructura de las tarifas por los servicios en hogares, la industria, el comercio e incluso para el mismo gobierno?

Con esta información disponible para cada una de las poblaciones de México, nos daríamos cuenta de la diferencia entre lo que pagamos como usuarios y lo que le cuesta a nuestro prestador de servicios tener el agua y repartirla. En los pocos casos conocidos, los usuarios pagan hasta 50% menos del costo de producción. Esto no quiere decir que todos deberíamos pagar en automático el doble de lo que se nos cobra en la actualidad.

Es por esto que se requiere de una adecuada estructura tarifaria que identifique y tome en cuenta a quiénes y cuánto deben pagar por el servicio.

En caso de que no se pudieran obtener los ingresos suficientes para cubrir los costos de operación, determinar quiénes serían los encargados de cubrir el diferencial y bajo qué mecanismos.

Se necesita saber todo esto para actuar, para implementar tecnologías que nos permitan ser más eficientes a menor costo.

Todos, como sociedad, tenemos derecho a la información y tener acceso a este tipo de datos definitivamente nos llevará a revalorar el agua como un recurso que cada día es más escaso.

Nadie aprecia lo que no conoce.

econorojas.h@gmail.com


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