Con las elecciones del 5 de junio pasado el mapa político de México se modificó y con ello es clara la ventaja que lleva Morena para las próximas elecciones del 2023, pues la ola guinda tiene ganadas 20 gubernaturas en el país, PRI, PAN y PRD se quedan con 8, Movimiento Ciudadano acumula dos y tanto Encuentro Social como el Partido verde tienen una cada uno.
Es decir, Morena pasó de 16 entidades a 20 tras las elecciones pasadas, lo que sólo ratifica que van en “caballo de hacienda” rumbo a las elecciones del 2023, en el que se disputan las gubernaturas del Estado de México y Coahuila, nada más, pero nada menos.
Es por ello que para el próximo año, Morena ya echó a andar su maquinaria electoral y desde hace dos fines de semana esté realizando actos políticos en Toluca, la capital del Estado de México, pues no sobra decir que la entidad es quien tiene el mayor número de votantes en el País (con más de 10 millones) y pudiera significar prácticamente el triunfo en los comicios presidenciales del 2024.
De ese tamaño es la importancia del Estado de México en las aspiraciones de Morena, por esa razón, tan pronto terminaron los comicios del 5 de junio pasado, el dirigente guinda, Mario Delgado, dijo que en Toluca se trazaría la ruta para ganar la gubernatura del Edomex en 2023 y la presidencia en 2024.
Y es allí donde vale la pena detenerse para analizar un poco lo que está sucediendo, pues hacer mítines políticos cuando no hay tiempos electorales, se llaman actos anticipados de campaña, prácticas que no están permitidas por la ley.
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“El principio constitucional de equidad electoral está diseñado y sustentado en la igualdad de condiciones que deben gozar todas las personas que contienden a un cargo público.
“Entre las inequidades que suelen existir en los procesos electorales, está el posicionamiento de forma anticipada a las etapas electorales de los aspirantes a cargos de elección popular.
Esto es, los actos anticipados de campaña, que consisten en aquellas expresiones que previo al inicio formal de las campañas electorales, llevan a cabo los contendientes para obtener un beneficio, ya sea exponiendo sus ofertas o descartando a otras para reducir simpatía, e incluso se ha considerado que pueden desplegarse antes del inicio del proceso electoral.
Por lo que debe estimarse que su denuncia puede presentarse en cualquier tiempo”, señala el magistrado del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), Felipe de la Mata Pizaña.
¿Y por qué los actos anticipados de campaña son considerados violaciones electorales?, el mismo magistrado responde en un blog del Tribunal:
“Porque las diversas fuerzas políticas que pretenden acceder al poder público por vía del voto, con esos actos, vulneran las condiciones de equidad en la contienda, y no se ajustan sus conductas con las etapas que comprenden el proceso electoral, donde la campaña es el periodo establecido para buscar el voto ciudadano”.
Sin necesidad de ser un jurista, queda claro que los actos que realizó Morena durante los pasados dos fines de semana en Toluca pueden ser constitutivos de delitos electorales.
Pero lo más grave de ello es que, si las autoridades determinan que sí hubo violaciones a la ley, en automático la respuesta de Morena será lo que ya hemos visto:
Que las autoridades en materia están vendidas, sirven a otros intereses, son un mal a erradicar… en fin.
Y es allí donde en México se debe tener mucho cuidado, pues a nadie convendría un nuevo desgaste de autoridades electorales con el partido en el poder.
Esas autoridades deben ser fuertes y estar sanas para calificar las elecciones realizadas y no que estos actos que ya están siendo denunciados por la Oposición, terminen por ser un pretexto perfecto para la ola guinda para pegarles.
¿Acaso Morena necesita de este tipo de actos de cara a la elección del 2023, tomando en cuenta lo que se dijo al principio de esta columna?
¿Hay necesidad de crear conflicto? La respuesta simple sería que no, entonces ¿por qué lo hacen?, la pregunta del millón…
Twitter: @campudia