Hablar de la Orquesta Filarmónica de Toluca (OFiT) es hablar de un proyecto disruptivo, que cambió la visión de estas agrupaciones musicales para la comunidad tras atreverse experimentar con nuevas propuestas que se han adoptado a nivel nacional.
Pareciera que el destino de la OFiT era dar la vuelta a la página y escribir un nuevo capítulo en la historia musical del país desde su creación, toda vez que se convirtió en el primer proyecto de su tipo a nivel municipal, en el cual, desde el inicio estuvo contemplado quien, hasta la fecha, es el director de la misma: Gerardo Urbán y Fernández.
“Al principio, debo de ser honesto, estaba esta duda por una orquesta que gestiona el ayuntamiento porque en aquel entonces no existía ninguna en México, había estatales y como es una gran responsabilidad, no solo administrativa sino económicamente; sin embargo, se fue consolidando el proyecto y tengo que darle un reconocimiento a todos los alcaldes, más allá de las historias que haya detrás de todos ellos, porque todos la han adoptado y lo han vislumbrado como lo que es, un patrimonio de la ciudad”, comentó.
OFiT, un parteaguas en la cultural mexiquense
Lo anterior tiene un trasfondo que, según menciona el maestro, tiene que ver con la apertura de nuevos espacios musicales en la ciudad, los cuales dieron la oportunidad de la profesionalización de artistas, comenzando por la orquesta estatal, la que considera un “parteaguas” en la historia para el nacimiento de la OFiT.
“El siglo pasado, por ahí de los años 50’s, 60’s, no había ni siquiera Secretaría de Cultura y un gobernador comenzó a tener la visión de que se necesitaba, ya por ahí de los años 70’s se decide crear la Orquesta del Estado de México, la menciono porque fue un parteaguas así como la escuela de Bellas Artes, que se crearon paralelamente.
“Cuando pasa eso comienzan a venir muchos músicos de México y extranjeros, comenzaron a dar clases, comenzaron a generarse músicos, luego se creó la Escuela de Música Sacra y el Conservatorio.
“También hacía falta no solo un acercamiento voluntario a la cultura, sino un aproximamiento por parte del gobierno”, detalló.
La propuesta llegó en 2007, cuando Urbán regresaba a la ciudad luego de varios años de preparación en Italia, para 2008, cuando se decidió comenzar con la orquesta, el maestro se encontraba en el extranjero tomando cursos de perfeccionamiento musical, por lo que el director del conservatorio nacional, el maestro David Rodríguez de la Peña, junto con Gerardo Lamas y Francisco Burgos, fueron los encargados de realizar las audiciones en diferentes escuelas y espacios de la ciudad.
En enero de 2009, los seleccionados se reunieron en el Salón Rojo de la Ciudad, ya con la presencia de Gerardo Urbán y Feranández rodeado de nuevos talentos formados en Toluca, lo que marcó una de las intenciones para el proyecto.
“También nace con esta idea de que, con la juventud, esta podría ser una orquesta distinta, primero que tuviera una temporada estable, que visitará las delegaciones de la ciudad, de hecho al principio íbamos a otros municipios porque la demanda era muy grande”, señaló.
El día del primer concierto llegó en marzo del mismo año, empezando con 60 músicos y casi el mismo número de público, comenzando un trabajo constante de tres años que aumentó el número de espectadores a 200 constantes.
“Nos presentamos en Capultitlán, en la nueva iglesia, tocamos el Danzón No. 2 de Márquez, La piezas de Peer Gynt, la obertura 1812 de Tchaikovsky y el Capricho Español. Fue un concierto muy bonito, pero éramos 60 músicos y de quizá también 60 personas, ahí empezó una búsqueda del público.
“Después nos acogió lo que ahora es el Centro Tolzú, donde decidimos hacer nuestra temporada dominical y empezamos igual, con muy poca gente, también dimos algunos en el patio central del ayuntamiento, eran como 50 personas. Creo que tuvimos el mérito de ser una de las primeras orquestas de apostar por las redes, en tres años pasamos de tener 50 personas a 200, 300 constantes”, comentó.
Para los 4 años ya se había hecho más grande, recuerda que algunos conciertos en la catedral con 800 a 900 personas, por lo que surgió la exigencia de tener una sede propia, por eso se remodeló el Teatro Morelos, mencionó, donde en la primera presentación del Lago de los Cisnes, asistieron más de 4 mil personas.
El camino de la experimentación
La orquesta comenzó a explorar con música de películas, crossovers, ballet, lo que hizo que la gente acudiera en masa llegando a reunir 20 mil personas. En este sentido, también les tocó abrir “brecha” y poner el “pecho” ante las críticas del gremio nacional.
“Comenzamos por hacer soundtracks de películas, porque hasta Oscares les dan, no es poca cosa y hay grandes compositores. Después de eso seguimos con el jazz, el rock; porque además de este ya se había hecho algún intento en el extranjero. Al principio nuestros colegas lo vieron muy mal, pero hoy ya todas lo hacen y muchas ya casi viven de eso.
Y es que la familiaridad que tiene el público con su generación es más inmediata y entendieron lo que nosotros entendimos inmediatamente, que la gente pierde el miedo a acercarse a una orquesta y luego descubren que lo otro también les gusta”, apuntó.
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Fieles a su estilo y apoyados por las redes sociales, en algún momento apostaron por realizar un flash mob en los Portales de Toluca, siendo la primera orquesta en latinoamericana que se viralizó utilizando esta técnica, recopilando millones de reproducciones en sus redes y en plataformas que retomaron el video en diferentes países sudamericanos.
En la actualidad, la orquesta se ha vuelto un referente tanto para músicos como artistas plásticos, lo que asumen con orgullo y responsabilidad.
“Estamos muy orgullosos porque han sido 15 años de mucho trabajo, de experimentos; unos han salido mejor que otros, sé que somos ya también una referencia y asumimos esa gran responsabilidad, de hecho lo he hablado con varios de mis compañeros, que aunque sea tocar death metal hay que hacerlo siempre al límite de nuestras capacidades artísticas.
Para bien o para mal, creo que sí hemos sido una punta de lanza, tengo varios amigos directores de México y el extranjero, que nos hablan a principio de temporada para saber qué es lo que vamos a hacer”, mencionó.
Aún hay mucho por hacer para este proyecto, con el espíritu e inquietud que esto conlleva, comentó el director, quien compartió algunos de los objetivos de la misma.
“Queremos un espacio para que la orquesta pueda ensayar, a lo largo de estos años el Colegio de Abogados nos ha albergado de manera generosa, el otro objetivo que queremos alcanzar es dar un paso para crear un patrimonio a través de estas plataformas como Spotify, para que la gente cuando quiera pueda escucharnos.
“Queremos ampliar la temporada de ópera y de ballet, que antes de pandemia hizo que estuviéramos nominados dos veces a las Lunas del Auditorio Nacional, estamos en los 15 años, la edad de soñar y esa es la sensación que queremos transmitir y vamos a renovarnos con cosas que ya platicaremos, pero hay que seguir siendo esa punta de lanza”, comentó.
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Expandir la música con la sociedad
Sin embargo, la esencia sigue siendo la misma, en la que se persigue como un amigo de los ciudadanos, algo que forma parte de ellos, lo que el maestro ejemplificó con una anécdota en la que se encontró con una persona que le lavó el coche y se negó a cobrarle.
“Me platicó que él formó parte de una ópera por medio de una cofradía y le cambió la vida. Le dije que trabajo con trabajo y lo invité a un concierto en la Sala Felipe Villanueva, el señor Juan se llama, le conté la historia al alcalde y me dijo que quería que se sentara junto a él.
“Ver al primer ciudadano con un lavacoches, ese es el sueño de la orquesta, que no importa si te sientas en la primera o última fila, eres parte de nuestros anhelos, creo que fue un gran momento para él por su orquesta. Ese es el objetivo, no importa quién eres, sino la persona que eres, puedes ser parte de una ópera histórica y vas al concierto y te tratan como lo que eres, una persona importante, eso es el valor más grande que tiene hoy la orquesta y que pocas lo entienden”, compartió.
En la actualidad, dicho en palabras de Gerardo Urbán, “lo que hace 15 años parecía una ocurrencia, casi una locura, hoy es una realidad consolidada que ha superado otras realidades musicales de la propia ciudad. Cuando nació parecía una orquesta pequeña, como para eventos, hoy en día contamos con 86 músicos”.
DB