La llegada de Ómicron, una nueva variante del Covid-19, llegó al mundo de la misma forma que lo hizo el virus original, tomando a todos por sorpresa, pero hoy sí hay algunas diferencias que se pueden apreciar en cómo diversos países y organismos afrontan la llegada de la nueva variante.

No son pocos quienes aún tienen en la memoria aquella declaración del subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, quien en los inicios de junio del 2020 dijo que un escenario catastrófico para México sería alcanzar la cifra de los 60 mil muertos.

Apenas el reporte técnico diario Covid 19 del domingo, expedido por la Secretaría de Salud, informa que en México hay 293 mil 897 defunciones a consecuencia del virus, es decir, muy lejos del “escenario catastrófico” contemplado por López-Gatell hace más de un año, es por ello que las declaraciones del funcionario no pueden ser tomadas con optimismo, por mucho que nos indique que no hay evidencia científica que indique que no debemos preocuparnos.

“Las restricciones de viajes o cierres de fronteras son medidas poco útiles; afectan la economía y el bienestar de los pueblos. La información difundida sobre los riesgos de la nueva variante es desproporcionada respecto a lo que muestra la evidencia científica existente”, escribió apenas el fin de semana López-Gatell el fin de semana en redes sociales, lo que le valió duras críticas.

Y es que mientras en México no queremos siquiera contemplar el cierre de fronteras como una forma de protección o al menos contención de la nueva variante del virus, varios países han cerrado el tráfico aéreo con Sudáfrica, país en el que fue detectada por primera vez Ómicron.

La Organización Mundial de la Salud advierte que pese a que no se tienen aún estudios concluyentes sobre la nueva variante del virus, se deben extremar precauciones.

“La variante B.1.1.529 presenta un gran número de mutaciones, algunas de las cuales son preocupantes. Las pruebas iniciales indican que el riesgo de reinfectarse por esta variante es mayor que con otras variantes preocupantes y, al parecer, el número de casos que ocasiona están aumentando en casi todas las provincias sudafricanas”, reporta el Grupo Consultivo Técnico sobre la Evolución del Virus SARS-CoV-2, de la OMS.

Como se ve, el discurso en México y el de la OMS parecen ser distintos y lo mismo pasa en el tema de la vacunación a menores de edad. Y es que mientras que en México el discurso gira en torno al despilfarro que representan las vacunas en menores de 15 años, pues su tasa de mortalidad es menor que la de los adultos, en Estados Unidos el gobierno hace llamados a la población estadounidense a vacunar a los mayores de 5 años.

“Por cada dosis que, por ejemplo, por acción judicial por estas sentencias de amparo, se desviara hacia un niño o una niña cuyo riesgo es considerablemente menor, se le está quitando la oportunidad a una persona que tiene un riesgo mayor”, dijo López-Gatell a inicios de septiembre de este año sobre la vacunación a menores, luego de que jueces obligaran por medio de amparos al Estado mexicano a aplicar dosis a niños con comorbilidades. Una vez más, en esa ocasión el funcionario se llevó un vendaval de críticas.

En contraparte, está lo que informan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades en Estados Unidos: que los niños mayores de 5 años deben ser vacunados, pues el virus puede impactarlos de la misma forma en que lo haría en un adulto.

¿Por qué los niños y adolescentes deben vacunarse contra el COVID-19?

“Los niños tienen las mismas probabilidades de infectarse por COVID-19 que los adultos, y pueden: Enfermarse gravemente a causa del COVID-19, sufrir complicaciones de salud a corto y largo plazo a causa del COVID-19 y propagar el COVID-19 a otras personas, incluso en la casa y la escuela”, anuncian los CDC en internet para la población estadounidense.

Es así que claramente en México tenemos un discurso muy diferente con algunos otros actores y países que son determinantes en el manejo de la pandemia, la pregunta es: ¿en México se está tomando a esta variante Ómicron con la seriedad que se debe, o estamos de nuevo ante el problema como una embarcación sin rumbo? Ya se verá…

ASME


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