Santa María Jajalpa, una pequeña comunidad en el Estado de México, se ha convertido en el escenario de una historia de superación deportiva. Desde este lugar, Oscar Palma Castañeda emergió como campeón de la Universiada Nacional 2024 en la categoría de 81 a 91 kg en boxeo, en lo que fue su primer intento por conseguir subir al podio en un evento de esta magnitud.
Oscar Palma Castañeda emergió como campeón de la Universiada Nacional 2024
Oscar, un joven de 20 años, comenzó su trayectoria deportiva en disciplinas completamente ajenas al boxeo. Durante su infancia y adolescencia, el fútbol y el básquetbol ocuparon gran parte de su tiempo, pero la vida lo llevaría por un camino diferente.
“En mi niñez jugaba fútbol, estuve un varios equipos y ocupaba la posición de portero, también practiqué un poco basquetbol, pero a partir de los 16-17 años comencé a practicar boxeo, yo nunca me imaginé practicarlo porque, la verdad, soy un poco miedoso pero con la práctica de ha ido quitando”, mencionó.
Su vecino y amigo, Víctor López, cambió su destino cuando lo invitó a sumarse a una pequeña academia de box; que él recién había abierto, después, lo motivó realizar su primer combate antes de lo esperado a pesar de que apenas llevaba unos meses entrenando.
“Tuve unos problemas que me desestabilizaron mentalmente, para evitar malos caminos me invitó a su escuelita, al principio fue de forma recreativa pero con el pasar del tiempo comenzó a ser de forma competitiva.
En alguna ocasión este amigo me dijo que me metiera a una torneo, que me veía cosas diferentes; yo llevaba 4 meses y la verdad no me sentía listo para competir, pero ya cambiado y con los guantes puestos no me podía echar para atrás, no gané mi primer pelea pero me sentí contento al final”, recordó.
Su camino hacia el éxito no fue fácil. Al ingresar a la universidad, Oscar se enteró de la existencia del equipo de boxeo de los Potros, fue ahí donde empezó a medirse con boxeadores de todo el estado, con estilos y técnicas muy variados.
“Cuando entré a la universidad me enteré del box por unos compañeros, me dijeron que por qué no iba a los potros. Me pasaron el contacto con el representante de ahí y me invitó a un torneo que se realizó por octubre de hace 2 años para ver qué capacidad tenía.
Ganamos en el segundo round
Ganamos en el segundo round y me comenzaron a convocar a torneos. Tuve que adaptarme, porque es otro nivel; al final, aquí se concentran los mejores boxeadores de diferentes lados; ha varios del sur y de el Agustín Millán, que son muy competitivos y tienen un nivel muy grande”, apuntó.
El primer gran obstáculo en su carrera llegó durante la fase regional de la Universiada del año anterior. Después de haber avanzado sin problemas en la etapa estatal debido a la falta de rivales en su categoría, Oscar se enfrentó a un rival más fuerte en el regional.
“El año pasado me convocaron al proceso selectivo de la Universiada, en fase estatal avanzamos automáticamente porque no hubo rivales, para el regional me tocó pelear 2 veces, la primera la ganamos y en la segunda no se nos; en un descuido me lastimaron la nariz y la perdí, me quedé en la etapa regional.
Después de eso me desanime, me sentía triste y dejé de entrenar como unos 8 meses, en lo personal ya había dicho que no quería más box porque es un deporte muy exigente”, apuntó.
Sin embargo, en enero de 2024, una llamada cambió todo. Recibió la convocatoria de nuevo para el proceso selectivo de la Universiada. Aunque Oscar llevaba tiempo sin entrenar, decidió aceptar el desafío.
Los meses que siguieron fueron de intenso trabajo. A pesar de que el tiempo para prepararse era limitado, esta vez Oscar estaba decidido a darlo todo.
“El representante de la universidad, que es Simón, me llamó y me dijo que estaba convocado, yo le dije que no había entrenado; pero no que llevaba mucho tiempo sin entrenar, así que comencé y en el transcurso iba recordando el regional pasado.
Tuve desde meditados de enero hasta abril para entrenar y lo hice fuerte, la verdad me entregué mucho más a esta preparación que a la del año pasado, aunque era mucho menos tiempo. De nueva cuenta llegué a la regional y otra vez en un descuido me golpearon la nariz, logré estabilizarme y a la mitad del tercer round logré tumbar a mi rival”, mencionó.
La competencia nacional fue un escenario completamente distinto. Oscar recuerda cómo desde el primer día se respiraba un ambiente de alto nivel. Los mejores boxeadores del país estaban ahí, incluyendo algunos que formaban parte de la selección nacional. Pero lejos de intimidarse, Oscar se sentía seguro de sí mismo y de su preparación.
“Desde que llegué el primer día a la Universiada se sentía otro ambiente, veías a todos los chavos que estaban y se les veía que traían nivel, a parte mis compañeros me dijeron que había varias personas que venían de selección nacional.
La verdad no es que yo fuera confiado pero sí estaba seguro de mi y de cómo me había preparado y el amigo que me inició en el box me marcó antes de empezar mis competencias, me dijo que si Dios no supiera que tenía la capacidad no habría clasificado”, compartió.
En su primera pelea, se enfrentó a un rival que parecía invencible. Era más alto, más musculoso y más rápido. Sin embargo, en el segundo round, un volado de izquierda de Oscar lo derribó, marcando el inicio de su camino hacia la final. La siguiente pelea la ganó por knockout, y finalmente llegó a la pelea por el oro.
“Desde la primer pelea tuve mi rival más fuerte, estaba más alto, se veía que su peso era de puro músculo y estaba rápido. Me ganó en el primer round pero en el segundo le conecte un volado de izquierda y se cayó, logré ganarle, la segunda la gané por knockout.
Y para la última, la final, me sentía bien y fuerte, me tocó contra el de la universidad de Chihuahua. Se me complicó un poco porque desde el primer round me sentía cansado, para el segundo logré lastimarlo hasta que el referee paró la pelea en el tercer round”, apuntó.
Con el oro en el cuello y la emoción a flor de piel, Oscar pensó en todas las personas que lo habían apoyado en su camino: sus padres, sus amigos, su nutriólogo, y especialmente su amigo, quien lo había iniciado en el boxeo y que lo seguía apoyando desde la distancia, viendo la transmisión en vivo.
“Yo pensé en todos mis amigos, en el nutriólogo que me apoyó bastante, en mis papás que han sido mi principal soporte en todos los sentidos y de hecho el amigo que me inició en esto estaba viendo la transmisión por Facebook, para cuando baje del ring ya tenía un mensaje de él felicitándome.
Mi nutriólogo me metió la espinita de los Juegos Olímpicos, ahora voy a buscar que es lo que se necesita para llegar a las selecciones, a ver hasta donde llegamos, quiero hacer torneos locales y también pienso regresar a la Universiada de nueva cuenta, si Dios no los permite, se hará”, señaló.
Oscar Palma Castañeda no solo es un ejemplo de perseverancia y disciplina, sino también de cómo, en momentos de duda y adversidad, el apoyo de quienes nos rodean puede ser la clave para alcanzar nuestros sueños. Hoy, con la medalla de oro en la Universiada, Oscar ya piensa en el siguiente paso, que podrían ser Juegos Olímpicos, aunque siempre con el principal objetivo de superar sus propias expectativas.
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