Con farolito en mano, miles de personas participaron en el tradicional Paseo de los Muertitos que se celebra en Tultepec desde hace casi 150 años.
La celebración estuvo llena de alegría, cultura y pirotecnia que iluminó el pleno centro de esta localidad.
Como marca la tradición, niños, adultos y personas de todas las edades participaron en la procesión por diversas calles hasta llegar a la renovada explanada municipal.
Esta actividad formó parte de la edición número 13 de Festival de Calaveras y Muertitos, informó el alcalde Sergio Luna Cortés.
El edil señaló entre otras actividades un concurso de ofrendas, el paseo de los muertitos y espectáculo pirotécnico.
Después de la etapa más complicada de la pandemia, el Paseo de los Muertitos surgió de la creencia popular de guiar con una candela encendida en un farol las almas de los niños que han muerto y no recuerdan el camino a casa de sus familiares.
Este 2022 la celebración ya no estuvo limitada, por el contrario reunió a miles de familias.
La tradición, también conocida como Procesión de los Farolitos, tuvo su origen en 1875 por iniciativa de Doña Juanita Solano, quien era catequista del templo e hizo la invitación a los niños del pueblo para que junto con sus familiares realizaran la procesión el último día de octubre.
“La sugerencia fue que por cada familia que tuviera un infante fallecido, un angelito portara un farol hecho con vara de garambullo, colorido papel de china y una vela encendida al centro”, señalan los relatos.
Esto dio pie a la destreza y creatividad de los habitantes de Tultepec para crear prismas, cruces, calaveritas, estrellas y féretros, entre otras figuras.
De acuerdo con la descripción, en sus inicios era costumbre que los vecinos iluminaran las calles por donde pasaba el recorrido, esparciendo frente a las casas pétalos de cempaxúchitl, además de aromatizar con sahumerio.
DMM