El proceso para la designación de la presidenta del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) se acerca a su etapa final. A más tardar el 16 de abril el consejo general del Instituto Nacional Electoral (INE) hará la designación correspondiente. Hasta antes de que se conozca el resultado de los ensayos, el abanico de opciones consta de 18 mujeres con los siguientes perfiles.
De las 18 aspirantes, doce estudiaron Derecho (67 por ciento) y seis cursaron otras carreras: Educación, Relaciones Internacionales, Economía, Ingeniería, Ciencia Política y Comunicación. Sin embargo, tres de las que no estudiaron Derecho en la licenciatura, lo hicieron a nivel maestría, lo cual eleva el porcentaje de esa área a 88 por ciento.
15 de las aspirantes reportan estudios de maestría; 12 en Derecho (80 por ciento) y tres en otras áreas: Educación, Planeación y Administración Electoral. Del total, seis estudiaron en el IEEM (40 por ciento) el cual no posee posgrados inscritos en el padrón de calidad.
Tres de las aspirantes reportan estudios de doctorado en Derecho y una en Administración Pública. Dos de las primeras reportan post doctorado, aunque eso no es un grado, sino una actividad consistente en estancias de investigación en instituciones de prestigio, para perfeccionar habilidades en su campo, las cuales solo pueden realizar académicas de carrera y ninguna de ellas reporta que lo sea actualmente. En varias aspirantes se nota una tendencia a inflar su currícula, por lo cual el INE debería verificar su autenticidad.
Cuatro de las aspirantes trabajan en el IEEM; cuatro en el INE; tres en la universidad estatal (una funcionaria, una profesora de carrera y una de asignatura); dos en el tribunal electoral local; una en la iniciativa privada; otra dice ser catedrática de la UNAM, aunque ese cargo no existe; dos son profesoras en universidades públicas y privadas y una carece de empleo. Como dato adicional, 61 por ciento de ellas trabajan o han laborado en el IEEM en algún momento.
El promedio de edad de las aspirantes es de 39.7 años: la menor tiene 31 y la mayor 57; la experiencia electoral promedio es de 8.6 años: la menos experimentada tiene dos años y la más experimentada 18, aunque una reporta más tiempo sin aportar datos ceríbles. Finalmente, solo la mitad de las aspirantes ocupa actualmente un cargo directivo, aunque algunas los han tenido antes. La otra mitad se compone así: seis profesoras, una asesora, una coordinadora y una ex vocal del INE.
Con estos elementos es posible hacer algunas observaciones. La carrera de Derecho sigue dominando ampliamente estos procesos. Lo mismo se puede decir los centros laborales. La mayoría provienen de las instituciones electorales, lo cual quiere decir que prevalece la endogamia, es decir la tendencia a nutrirse de los cuadros formados por ellas. Además, algunas aspirantes vienen de etapas en donde las trampas y la manipulación eran algo cotidiano en el ambiente electoral.
Una vez que la lista se reduzca con las aspirantes que obtengan calificación no idónea en el ensayo, el consejo general del INE tendrá que elegir de entre las que sobrevivan a esa etapa, a la que encabezará al IEEM en la recta final del proceso electoral. Ojalá que ahora sí elija a una presidenta que renueve a esa institución fundamental para la democracia, de tal manera que acabe con la subordinación respecto al gobierno estatal, del que nació hace muchos años y no ha podido romper el cordón umbilical.
ASME
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