De acuerdo con Teresa Valdés, orgullosa representante de la comunidad mazahua en Edomex, en un rango de 30 años ha disminuido en un 30% el número de personas que hablan la lengua originaria o realizan algún oficio tradicional, como el bordado.
Entre Donato Guerra, donde reside y Valle de Bravo, donde oferta sus bordados artesanales, es donde ha pasado su vida la artista popular, quien desde hace 20 años aprendió el oficio del bordado tradicional; sin embargo, señala que las nuevas generaciones poco interés muestran en continuar con este legado.
Comunidad mazahua en Edomex ha disminuido
“Yo sé hablar náhuatl, es algo que me tiene muy orgullosa, también se hacer mis bordados pero; por ejemplo, a mis hijos veo que ya no les interesa, por más que les he explicado lo bonito que es, no quieren aprenderlo y yo creo que eso tiene que ver con como han cambiado los tiempos, ellos crecieron diferentes y son influenciados por la moda y como es la vida ahora”, señaló Valdés.
Consideró que, aunque es un trabajo que comienza en casa, se necesita el apoyo de las autoridades e instituciones para ayudar a revalorizar esta cultura ante los ojos de las nuevas generaciones y así poder captar su interés.
“Creo que sería bueno que se hiciera un taller o alguna especie de actividad que les ayudará a ver lo bonito y lo importante que es para nuestra cultura el ser mazahuas, creo que si eso pasara, ellos se darían cuenta que no es solo que uno les diga y entonces sí puede haber ese interés por querer aprender, y al final de cuentas, continuar con nuestra tradición que es muy bonita”, dijo la artesana.
Asimismo señaló que la discriminación hacia la comunidad indígena ha disminuido con el pasta de lo años, aunque no se ha erradicado por completo, a la par que ha aumentado el valor que las personas le dan a los productos realizados de forma artesanal.
“Yo me acuerdo que antes sí llegaba a recibir comentario como de India y así, pero la verdad con el pasar del tiempo ya casi no se ve, incluso hay personas que se han acercado a pedir disculpas por comentarios pasados, pero pues sí es algo que no se ha eliminado.
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Las nuevas generaciones no quieren continuar con este legado
Y de las artesanías dijese que cada vez son menos las personas que llegan y quieres regatear, sino que se llevan las cosas al premio que las damos, sean extranjeros o mexicanos, eso sí, los que son de por aquí cerca son los que sueles preguntar por lo menos”, compartió la artesana.
Cabe destacar que al más sencillo de sus bordados le suele invertir un día para la fabricación, mientras que trabaja por tres semanas para realizar un camino de mesa, su producto de más tiempo.
SPM