En un sistema democrático los contrapesos generan equilibrios; al menos ese es el propósito.
Lo observamos cuando representantes populares o gobernantes ajenos al partido en el gobierno integran bloques para temas financieros; definición de políticas o posicionamientos frente a determinados temas de la agenda pública, entre otros.
Quizá esa haya sido una de las razones que dio origen a la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) el 13 de julio de 2002, cuando un grupo de mandatarios estatales se integraron para hacer un contrapeso al presidente Vicente Fox que traía consigo un bono democrático nada despreciable por la transición democrática del año dos mil.
Gobernadores de distintas ideologías han participado en esa Conferencia. El propio presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, como jefe de Gobierno de la Ciudad de México, formó parte de la Conago, incluso se tiene registro de una de sus participaciones en Puebla el 8 de diciembre de 2003 en una comisión relacionada con la reforma del Estado.
Además, otros miembros de la ahora cuarta transformación integraron en hace algunos ayeres ese bloque, cuando tenían otras responsabilidades: Lázaro Cárdenas Batel; el canciller Marcel Ebrad; el senador Ricardo Monreal Ávila, por ejemplo.
Desde su creación, la Conago jugó un papel protagónico en el escenario nacional hasta que recientemente la estrella que traía pareciera que empezó a perder brillo.
La pandemia del Covid-19 y el manejo que le ha dado el gobierno federal, fue el pretexto para la creación de la Alianza Federalista, integrada por 10 estados que abandonaron las filas de la Conago: Aguascalientes, Chihuahua, Coahuila, Colima, Durango, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nuevo León y Tamaulipas.
Sin embargo, el resultado de la elección del 6 de junio dará un cambio en la integración de esos bloques de gobernadores.
Esta semana empezó a materializarse la transición en aquellos estados en donde eligieron gobernadora o gobernador. Un periodo que va de finales de agosto al primero de noviembre.
Tlaxcala inauguró este carrusel con la toma de protesta de la gobernadora Lorena Cuellar el 31 de agosto; en septiembre ocurrirá lo mismo en Baja California Sur, Chihuahua, Nayarit, San Luis Potosí, Sonora, Campeche y Zacatecas. En octubre cambiarán de gobernador Querétaro, Michoacán, Nuevo Léon y Guerrero. Mientras que en noviembre Sinaloa, Baja California y Colima.
Será interesante ver en el ejercicio de gobierno qué ocurre con la Conago, o si se mantiene la Alianza Federalista que se antoja difícil.
Veremos cómo se agrupan esos bloques y bajo qué directrices, tomando en cuenta que la mayoría de los gobiernos estatales provienen de Morena y son acompañados por sus aliados.
En la Ciudad de México se dio cuenta de lo que sucede cuando se unen opositores: nueve alcaldes electos por el PRD-PRI-PAN agruparon la Unión de Alcaldías de la CDMX, que ya empezaron a dar muestras de presencia y resistencia.
Comienza a tomar forma esta nueva recomposición de las fuerzas políticas. Será interesante el juego de alianzas en el ejercicio del poder y si la Conago se recompone para sobrevivir o emergen y se consolidan otros bloques de gobernantes.
@periodistamex
ASME
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